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“La familia tiene que involucrarse con el jardín”

Marlene Llancalahuen, apoderada jardín infantil y sala cuna Nueva Esperanza de Coyhaique.
Por : | 24 Agosto 2016
“La familia tiene que involucrarse con el jardín”

Mi hijo Alonso, ahora de cinco años, ingresó al Nueva Esperanza cuando tenía un año cuatro meses. Yo trabajaba, pero lo hacía tranquila porque Alonso estaba bien y muy feliz en el jardín. Luego tuve a Fabián, que fue recibido en la misma sala cuna desde los cuatro meses, donde me sentí muy apoyada.

Las tías me ayudaron a enseñarle a caminar, a comer y a dejar sus pañales. Ellas me daban confianza.
En el jardín mis hijos aprendieron muchas cosas: se hicieron más independientes e incluso Alonso, que tiene un problema de lenguaje y es muy tímido, avanzó muchísimo en ese aspecto.

Con el tiempo, y al ir involucrándome cada vez más con el jardín, me di cuenta que hay una gran diferencia entre lo que es trabajar con los niños y niñas y lo que uno, desde fuera, cree que significa. Antes pensaba que el jardín era otra cosa. Si las tías habían estudiado para trabajar en esto, era porque les gustaban los niños y que en ellas recaía toda la responsabilidad. Después, cuando mis hijos fueron al jardín, me di cuenta de que no era como yo creía, que la responsabilidad de atender y educar a los niños no es sólo del jardín infantil, porque uno como familia tiene que involucrarse también.

La confianza y lo lindo que es el Nueva Esperanza, además de estar siempre presente en la educación y bienestar de mis hijos y de todos los niños y niñas, me motivaron, junto a otras familias, a participar en el Centro General de Padres del jardín. Me involucré tanto que ni supe cómo llegué a ser presidenta del Centro de Padres. Organizamos muchas cosas para el Nueva Esperanza, porque sabíamos que el beneficio sería para nuestros hijos e hijas.

Que mis hijos hayan asistido al jardín infantil Nueva Esperanza no sólo ayudó a mis niños en su desarrollo, yo también adquirí muchas herramientas: aprendí a trabajar en equipo, a expresarme en público y siempre las tías me fueron ayudando en todo eso. También asimilé que cuando las cosas se dicen con respeto, directamente y con buenas palabras, es todo distinto y mucho mejor.

Si tuviera que dar un mensaje a las familias, les diría: Tienen que involucrarse y comprometerse con el jardín infantil y con la educación de sus hijos e hijas.

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