Fundación Integra impulsa el desarrollo de carrera de trabajadores y trabajadoras

Cuando se le presentó la oportunidad, gracias al programa de Promoción y Traslado de Fundación Integra, la educadora de párvulos Catalina Valdivia Maldonado, no lo pensó dos veces, y postuló para trasladarse desde la región de O´Higgins hasta la comuna de Guaitecas, en la región de Aysén, como directora del jardín infantil “Lobito Marino”. Luego de cuatro años en el sur del país, el mismo programa la trajo de vuelta a la región que la vio nacer y le entregó la posibilidad de seguir creciendo, ahora como supervisora de la modalidad no convencional “Jardín Sobre Ruedas” en Rancagua.

En Guaitecas, Catalina trabajó como directora del jardín infantil del único establecimiento de la comuna, donde estuvo a cargo de un equipo de 19 personas y 60 niños y niñas. Allí adquirió nuevos conocimientos asociados al ejercicio del liderazgo y relaciones interpersonales. “Hacer un trabajo desde cero con el equipo, fue crucial al inicio. Trabajé ‘el volver a conectarse’ y a que se relacionaran bien entre ellas, entonces se fueron dando muchos cambios positivos que contribuyeron a que hiciéramos una muy buena labor en equipo”, recuerda Catalina.

El cambio cultural, la cercanía con las personas y autoridades, la solidaridad y la distancia con su comuna de origen, marcaron su paso por el jardín infantil de Lobito de Marino de la región de Aysén. 16 horas de viaje en auto y ocho horas de navegación en barcaza, daban cuenta de los miles de kilómetros que la separaban de casa, sin embargo, la forma de trabajo de sus compañeras del sur de Chile, transformaron el alejamiento en un sueño y un desafío.

“Optar por el traslado, es una oportunidad que todas aquellas personas, que puedan hacerlo, deben tomar. Compartir conocimientos, llevar nuevas formas de liderazgo, nuevas actividades, enriquece el trabajo, donde los más beneficiados son los niños y niñas. Ellos disfrutan de nuestros desafíos”, señala.

De regreso a casa

Luego de cuatro años en la región de Aysén, y dado que la vida sigue presentando oportunidades, Catalina postuló nuevamente al programa de Promoción y Traslado de Fundación Integra, esta vez para regresar a Rancagua como supervisora del Jardín Sobre Ruedas. Atrás quedó el archipiélago de las Guaitecas y el jardín infantil Lobito Marino, aunque en su corazón siguen los recuerdos y vivencias. Hoy su labor está centrada en apoyar al equipo y a las familias de la modalidad no convencional para que la educación parvularia de calidad pueda llegar a niños y niñas que residen en zonas rurales y urbanas de difícil acceso.

“A diferencia de otras organizaciones, donde suelen abrir concursos internos o externos exclusivos, nosotros entregamos dos vías de postulación: interno (sólo para trabajadores y trabajadoras de Integra) y mixto, es decir, cuando nos abrimos al mercado nuevamente ellos (as) pueden postular. Esto demuestra que hay varias formas de crecer al interior de la institución, además de la existencia de un reconocimiento a las habilidades y conocimientos”, destacó Hernán Pradenas, jefe departamento Desarrollo de Personas de Fundación Integra en la Región de O´Higgins.

Cabe destacar que con 32 años de experiencia y más de 1.200 salas cuna y jardines infantiles gratuitos en todo el país, Fundación Integra trabaja para lograr el desarrollo integral, bienestar y aprendizajes significativos de niños y niñas, poniendo a su disposición espacios educativos diversos, estimulantes y de calidad.

Fundación Integra entrega recomendaciones para prevenir accidentes en las casas este invierno

Durante el invierno, las familias adoptan una serie de medidas –tanto al interior de las casas como al estar en espacios abiertos–, para que niños y niñas puedan realizar diversas actividades de forma segura, buscando prevenir la ocurrencia de accidentes o la presencia de enfermedades estacionales.

Daniela Araneda Aros, jefa nacional (i) del Departamento de Prevención de Riesgos en Fundación Integra, recuerda que “por ejemplo, ante las bajas temperaturas, las familias recurren a diversas fuentes de calefacción. Un caso son los guateros para temperar las camas, los que deben colocarse entre las frazadas evitando el contacto directo con el cuerpo o pies. La recomendación es llenarlos sólo a tres cuartos de su capacidad, junto con verificar su estado antes de introducir el agua”.

Dependiendo de la temperatura ambiental, es necesario que niños y niñas utilicen gorros, abrigos, calcetines gruesos, botas, guantes o mitones, especialmente si jugarán al aire libre. Hay que prestar especial atención a las bufandas, para prevenir que se enganchen en juegos u otras superficies.

Al momento de andar en bicicleta, patines u otros rodados, los niños/as deben utilizar casco, junto con no permitir que se trasladen solos/as cuando usen estos dispositivos. Si se registran ráfagas de viento en la zona donde residen, la recomendación es mantenerlos al interior de las casas.

CALEFACCIONAR LAS VIVIENDAS

Las familias también deben adoptar en las casas medidas de cuidado, en especial al utilizar estufas, ya sean eléctricas, a gas o las que operan con parafina –kerosene–. Este tipo de artefactos no deben utilizarse cerca de elementos potencialmente inflamables, como por ejemplo cortinas, junto con evitar que niños y niñas los manipulen, especialmente si están encendidos.

En el caso de los equipos que requieran parafina y gas, es vital mantener una adecuada ventilación de los espacios durante su funcionamiento, para prevenir episodios de peligro con el monóxido de carbono. Tampoco deben usarse en baños y dormitorios, evitando cocinar o secar ropa con ellos.

Si en las casas existe una estufa eléctrica, la recomendación es conectarla directamente al enchufe de pared, evitando usar alargadores (denominados también “zapatillas”). Pero, si es indispensable utilizar estos elementos, hay que verificar que estén en buen estado y debidamente certificados.

“Es vital también recordar que cilindros de gas y envases para comprar y almacenar parafina deben estar en lugares seguros, protegidos de la lluvia y alejados de los niños/as. Por último, bidones u otros elementos autorizados por la autoridad competente, deben contar con medidas de seguridad que dificulten, por ejemplo, que puedan ser abiertos o se derrame su contenido”, cerró Araneda.

Con 32 años de experiencia y más de 1.200 salas cuna y jardines infantiles gratuitos en todo el país, Fundación Integra trabaja para lograr el desarrollo integral, bienestar y aprendizajes significativos de niños y niñas, poniendo a su disposición espacios educativos diversos, estimulantes y de calidad.

Jardín Sobre Ruedas de Integra visita albergues de Doñihue y San Fernando

Este móvil desde el fin de semana ha llegado con sus cinco integrantes: Catalina Valdivia, Belén González, Susan Lizana, Vicente Espinoza y Bryan Acuña, hasta los albergues habilitados en el Liceo Eduardo Charme, de San Fernando, y en el colegio Laura Matus, de Doñihue, para entregar entretención a los niños y niñas que aún permanecen en ellos.

“La idea es poder acompañar a las familias, entregar a los niños un espacio de juego, de diversión, para sacarlos un poquito de la situación que están vivenciando hoy en sus casas. Hemos tenido muy buena recepción, están contentos, les gusta, se divierten y nos agradecen mucho”, señaló Catalina Valdivia, supervisora del Jardín Sobre Ruedas.

Por su parte, Nelly Pérez, quien permanece desde el viernes en el colegio Laura Matus, agradeció la realización de esta iniciativa, destacando que “me parece muy bien, por todas las cosas que han pasado acá. Los niños se entretienen, juegan, mi hija se siente muy feliz cuando llegan”.

El Jardín Sobre Ruedas es una modalidad no convencional de Fundación Integra que entrega educación parvularia gratuita a los niños y niñas de zonas rurales y urbanas de difícil acceso. En la región, existen dos móviles, equipados completamente con materiales pedagógicos, que recorren ocho localidades durante la semana para llevar el jardín infantil a aquellos lugares que no cuentan con un establecimiento formal, ya sea por baja densidad poblacional y/o por dispersión geográfica.

Para Ximena Ortega, directora regional de Fundación Integra, “ha sido muy importante contar con la disposición, voluntad y gran compromiso de este equipo para brindar acompañamiento a los niños y sus familias en este momento tan complicado. Y es que como Integra estamos preocupados por el bienestar no solo de los niños y niñas de nuestros jardines infantiles, sino que también de aquellos que no lo están pasando bien”.

Junto a los jardines infantiles Manchitas de Colores, de Doñihue, y Ayekanún y Los Peques, de San Fernando, el Jardín Sobre Ruedas ha podido entregar momentos de distensión, a través del juego y diferentes actividades, a quienes no lo han pasado bien tras las intensas lluvias que afectaron a la región.

¿Cómo apoyar a niñas y niños durante situaciones de emergencia?

Observar el comportamiento, escuchar con atención y no tener miedo a expresar emociones, son algunas de las recomendaciones entregadas por la psicóloga y jefa del programa Fonoinfancia de Fundación Integra, Alicia Varela, para que los adultos puedan apoyar a los niños y niñas que han sido afectados por la emergencia climática que se vive en las zonas centro y sur del país.

Los niños y niñas necesitan explicaciones según su edad

La especialista en temas de familia y niñez, aconseja estar atento/a a ciertas señales (podría haber otras), como cuando los niños y niñas están extremadamente apegados a los padres, madres, o los/as adultos/as cercanos/as, más irritables, lloran con facilidad, golpean o muerden a otras personas, ven alterados su control de esfínter, no quieren jugar o están más retraídos/as, es necesario que como adultos/as seamos un apoyo. Lo más probable es que estas conductas vayan desapareciendo poco a poco, en cuanto el niño o niña vaya asimilando lo sucedido en un contexto que lo acoja, le ayude a entender lo que está sucediendo y retome la cotidianeidad.

Como adultos/as es fundamental que les ayudemos en su proceso de adaptación a la nueva realidad, explicándoles con claridad y palabras simples lo sucedido, sobre todo si tienen acceso a escuchar la radio o ver pantallas (celular, computador o televisión), porque pueden encontrarse con una realidad exacerbada e inapropiada para su edad. “Los niños y niñas necesitan información y explicaciones acorde a su madurez emocional y a la etapa del desarrollo en la que se encuentran, por lo que es importante escuchar atentamente sus consultas, entender bien qué quieren saber y hablarles en un lenguaje simple y cercano, para no darles información de más ni de menos y resolver sus dudas. Asimismo, es importante mencionarles que quedamos disponibles para cuando tengan nuevas preguntas”, asegura la jefa del programa Fonoinfancia de Fundación Integra.

“Podemos tomar la iniciativa de hablar con el niño/a sobre la emergencia, en la medida en que nos sintamos en condiciones de hacerlo. ¿Qué significa estar en condiciones de hablar? Significa que, si bien, puedo estar triste o angustiado/a, estas emociones no me impedirán atender y apoyar a otros/as en sus necesidades emocionales, materiales y de información”, afirma Alicia Varela. Por el contrario, si el/la adulto/a está sobrepasado/a no debe dejar de atender lo que está sintiendo, porque solo si está bien tendrá las herramientas para apoyar a otros/as.

Apoyo gratuito para las familias

Si las personas cercanas no se sienten en condiciones de apoyarlos, es importante pedir ayuda y buscar a una persona significativa para el niño/a que pueda conversar cuidadosamente con él/ella sobre la emergencia.

En el caso de que los/as adultos/as necesiten apoyo para conversar con niños y niñas en situaciones de emergencia, pueden comunicarse de manera gratuita con los/as psicólogos/as de Fonoinfancia de Fundación Integra, al teléfono 800200 818 o por chat al www.fonoinfancia.cl El horario de atención del servicio es de lunes a viernes, de 08.30 y 19.00 horas.

 

Trabajadoras/es de Coquimbo se capacitan en el manejo seguro de la epilepsia

El pasado viernes 16 de junio en la Universidad Santo Tomás, de La Serena, se llevó a cabo la jornada de capacitación “Manejo seguro de crisis y apoyo a párvulos con epilepsia”, liderada por profesionales de la Liga Chilena contra la Epilepsia, y en la cual participaron miembros de los equipos de salas cuna y jardines infantiles, además de profesionales de la Dirección Regional de Fundación Integra.

Esta actividad fue convocada por el Departamento Educativo, patrocinada por la Organización Mundial y Panamericana de la Salud, OMS – OPS, y estuvo enmarcada en las iniciativas asociadas a los 70 años de la LLiga Chilena contra la Epilepsia.

Loreto González, coordinadora de Educación Continua de esta última institución, explicó que en su equipo de trabajo “nos dedicamos específicamente a capacitar, a formar, a educar, a concientizar a la población y con un gran énfasis en aquellos que están situados en el ámbito de la educación preescolar, escolar y universitaria. Hoy estamos visitando La Serena en una capacitación que organizamos en conjunto con Fundación Integra de acá de la región y que está dirigida a sus equipos, a las funcionarias, a la gente que trabaja con trato directo con niños, niñas y actualmente creo que están recibiendo además en el contexto de la inclusión, a niños con neurodiversidad, con otro tipo de diagnóstico, y es un aspecto bien desafiante para ellas estar informadas de cómo manejar, por ejemplo, una crisis de epilepsia y todo lo que involucra en el desarrollo de un niño”, sostuvo.

González agregó que “el objetivo es brindar espacios para que puedan aclarar dudas y se puedan también desmitificar algunos de los mitos que están muy arraigados y que de esta forma puedan sentirse tranquilas de aplicar este contenido con autoeficacia en caso de que alguno de sus niños o niñas, en realidad en caso de que le toque ayudar a alguien con epilepsia, más allá del jardín, porque puede pasar en cualquier lugar”.

El curso, gratuito y con certificación, permitió a los participantes aprender un poco más sobre epilepsia y sus distintos tipos, a quiénes afecta, manejo seguro de crisis, tratamientos disponibles, factores protectores y de riesgo a tener en cuenta en caso de tratar con alguna de las 250 mil personas que viven con esta enfermedad en Chile.

Análisis libro “Educar las emociones: educar para la vida”

La destacada psiquiatra infanto-juvenil y especialista en neurociencias aplicadas a la educación, Amanda Céspedes, escribió este libro para todos los adultos/as que están a cargo del cuidado y enseñanza de niños y niñas, usando un lenguaje simple y con diversos ejemplos. La autora señala que por siglos se ignoró el papel que juegan las emociones en el desarrollo humano, centrándose en lo cognitivo, y que recién a fines del siglo XX las investigaciones en neurociencias comenzaron a demostrar que somos seres emocionales.

Las emociones son respuestas pasajeras del organismo frente a estímulos y surgen desde que estamos en el vientre materno, alrededor de las 28 semanas de gestación. Las primeras emociones que experimentamos son las emociones primarias y nos acompañarán toda la vida: la rabia, el miedo, la tristeza, la frustración y la alegría. Un recién nacido experimenta miedo al dejar el cálido útero materno por un ambiente externo lleno de nuevos estímulos; ruidos, olores, temperaturas, luces.

Los bebés en gestación tienen una fuerza interna natural de búsqueda de la armonía emocional, pero al nacer ese equilibrio emocional dependerá del encuentro con los otros. Esto es clave porque somos los adultos/as los que debemos dar el cauce al torrente emocional de los niños y niñas.

La armonía emocional de un niño o niña es un fenómeno biológico, pero que se sustenta en lo social, pudiendo ser modificada para bien o mal desde la experiencia con otros. De esta forma, un niño/a que vive maltrato físico y/o psicológico, sufre un desequilibrio biológico, aumentando en su organismo la hormona del estrés llamada cortisol, alterando su emocionalidad, desarrollo y capacidad de aprender. Ante esto, cabe preguntarse: ¿qué debemos hacer los adultos/as para potenciar el desarrollo emocional de los niños y niñas?.

La autora señala que los adultos debemos acompañar respetuosamente a los niños y niñas a desarrollar y enriquecer un potencial que ya traen consigo y que les va permitir, a medida que vayan creciendo, una adecuada gestión emocional. Con los bebes, este acompañamiento consiste en confortarlos y atender de manera sensible a sus necesidades, sin enjuiciarlos (ej. “este bebé me está manipulando), nombrándole las emociones y facilitando que las reconozca.

Con los párvulos, en los jardines infantiles y los estudiantes en los colegios, también se requiere un adulto/a atento a sus necesidades diversas, capaz de contener emocionalmente, dar seguridad, escuchar, validar todas las emociones, permitir que se expresen, sin juzgarlas o invisibilizarlas (ej. “no es para tanto, no llores”), y acompañar el proceso de aprender a regular sus emociones, para una sana convivencia consigo mismo/a y los demás, esto es educar para la vida.

A través de las páginas, Amanda Céspedes nos invita a reflexionar sobre situaciones de la vida diaria de niños, niñas y adolescentes, es así como detrás de expresiones como el llanto, las mordeduras, conductas desafiantes hay una emocionalidad y es nuestra tarea como adultos acoger, validar y acompañar desde las necesidades de ese niño/a o adolescente.

Finalmente, el libro plantea que, para educar las emociones de niños y niñas los adultos, familias y educadores, debemos reconocer y regular nuestras propias emociones, así como cuidar nuestro bienestar emocional. Un Libro que, si bien se publicó por primera vez en noviembre de 2008, nos entrega enseñanzas a los adultos que están más vigentes que nunca. Todos quienes estamos en contacto con niños y niñas y trabajamos en educación debiéramos leer este texto y compartirlo.

Análisis realizado por María Andrea Huerta, profesional de la Unidad de Políticas y Proyectos de Educación de la Dirección Nacional de Educación en Fundación Integra.

La “oveja Nanai” de Integra enseña a niños y niñas importancia de conocer y explorar sus emociones

Está presente en todos los jardines infantiles y modalidades no convencionales de Fundación Integra del país. A través de experiencias educativas, la “oveja Nanai” acompaña a niños, niñas y equipos pedagógicos en el proceso de descubrir y comprender de forma lúdica qué son y cómo expresar las distintas emociones que experimentamos día a día; por ejemplo, el miedo, alegría o tristeza.

Así, se busca el desarrollo de competencias socioafectivas, las que nos permiten estar bien con nosotros mismos y relacionarnos e interactuar con otros de una forma saludable.

El Modelo de Educación Emocional de Fundación Integra se basa principalmente en el modelo de Competencias Emocionales del español y doctor en Ciencias de la Educación, Rafael Bisquerra, al cual se realizaron ajustes y revisiones por expertos nacionales, para que cumpliera con los lineamientos estratégicos de la institución.

Este modelo plantea cinco competencias centrales –conciencia emocional, regulación emocional, autoestima y autonomía emocional, compromiso social/ético y vínculos bientratantes– y 23 micro competencias adicionales. Acá, las familias y equipos educativos tienen un rol clave, ya que ellos, a través de diversas prácticas pedagógicas, permiten que niños y niñas se acerquen a ellas, las identifiquen y desarrollen aptitudes para canalizarlas de buena forma.

Es aquí donde emerge la “oveja Nanai”, que día a día recibe a los niños y niñas en salas cuna y jardines infantiles de Integra y los acompaña a vivir las emociones, a través de juegos sencillos, que tienen como objetivo, contener, consolar, ayudar a expresar y comprender sus propias emociones.

La directora ejecutiva de Fundación Integra, Nataly Rojas Seguel, indicó que “la implementación de este modelo es un paso clave de la fundación para responder a los retos que presenta la educación parvularia actualmente. Estamos en un contexto donde la pandemia aún nos presenta el desafío de reencontrarnos en el jardín infantil, reactivar los procesos de aprendizaje y potenciar las habilidades de niños y niñas”.

Y… ¿QUÉ SON LAS EMOCIONES?

Existen diversas definiciones para intentar explicar qué son las emociones, las que están marcadas por el contexto en que se consultan y aplican. En Fundación Integra, se determinó seguir lo señalado por el académico Rafael Bisquerra, quien las define como respuestas neurofisiológicas, que surgen a partir de la valoración que se hace de ciertos acontecimientos externos o internos, las cuales además forman parte indisoluble de la vida humana.

Si bien diversos investigadores e investigadoras coinciden en que las emociones pueden clasificarse como positivas o negativas, esto no implica necesariamente que alguna de ellas sea buena o mala. Entender este proceso, permite expandir nuestro lenguaje emocional, yendo así más allá de las emociones básicas y ampliando nuestro mundo de posibilidades afectivas.

“Aunque el Modelo de Educación Emocional describe diversas competencias a desarrollar en las y los párvulos, no debemos olvidar que los primeros destinatarios de la educación emocional deben ser las y los adultos. Este es un proceso que dura toda la vida, lo que compromete a los actores de las comunidades educativas, los que deben trabajar en conjunto para alcanzar el desarrollo integral y aprendizajes significativos en las y los párvulos”, cerró la directora ejecutiva de Fundación Integra.

La primera infancia es un momento clave en el desarrollo de los niños y niñas, donde se despliegan competencias que les permitirá desenvolverse a lo largo de toda su vida, incluyendo la construcción de su “biografía emocional”, la que se transformará en la base de su aprendizaje socioemocional.

Con 32 años de experiencia y más de 1.200 salas cuna y jardines infantiles gratuitos en todo el país, Fundación Integra trabaja para lograr el desarrollo integral, bienestar y aprendizajes significativos de niños y niñas, poniendo a su disposición espacios educativos diversos, estimulantes y de calidad.

La educación de la primera infancia

En el borrador de la propuesta de Constitución sobre el Derecho a la Educación, se refiere a la educación parvularia en una forma poco clara y pertinente, atendiendo su reconocimiento mundial y la historia de este nivel en Chile. Expresa en el capítulo II, art. 16.22, que es “deber del Estado promover la educación parvularia, por lo que financiará y coordinará un sistema gratuito a partir de nivel medio menor, destinado a asegurar el acceso a este y a sus niveles superiores. El segundo nivel de transición es obligatorio, siendo requisito para la educación básica”.

La educación es un derecho del ser humano desde el nacimiento, y desde el ámbito de la educación formal extrafamiliar, se expresa claramente en el nivel de Sala Cuna desde la Ley Nº 17.301 que dio origen a la Junta Nacional de Jardines Infantiles en 1970.

Desde ese momento, existen otras leyes, institucionalidad, servicios proveedores, normativas, financiamiento a través de la Ley de Salas Cunas que viene de 1917, programas no formales, formación profesional y técnica, etc. que dan cuenta de este reconocimiento del Estado de ser un sub-nivel dentro del sistema de educación parvularia.

Por eso que extraña esta ambigüedad en el texto propuesto, frente a lo cual todo tipo de organismos del nivel planteará su adecuada formulación, reconociendo este derecho ineludible de niñas y niños chilenos desde el nacimiento. Desconocemos las causas de este planteamiento, suponemos que viene por el lado del financiamiento, tema en discusión aún para ciertos sectores, pero ello no legitima esta exclusión dentro del sistema educativo.

Esperamos que se enmiende en beneficio de niños, niñas, familias y de la seriedad y respeto que tiene la educación parvularia chilena.

María Victoria Peralta,
Premio Nacional de Ciencias de la Educación, presidenta de Fundación Integra
y académica de Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Central

Chileviolines realizará presentaciones en vivo en jardines infantiles de Coquimbo

Un trabajo colaborativo con miras a impactar positivamente en el desarrollo emocional e intelectual de los niños y niñas, mediante la organización de intervenciones musicales y la gestión de proyectos que se traduzcan en experiencias vinculadas a la educación artística, es lo que busca el convenio firmado entre Fundación Integra y la Fundación Cultural Chile Violines.

El acuerdo fue suscrito en el jardín infantil Burbujitas de San Juan, de Coquimbo, en el marco de la presentación del cuarteto de cuerdas compuesto por los músicos Jorge Aguirre, Fabián Espinoza, Lorenzo Cabello y Lucas Rodríguez, quienes enseñaron a los párvulos instrumentos como el violín, la viola y el cello.

Susana Veas, Directora Regional de Integra, explicó que el propósito de esta alianza es recorrer los jardines infantiles de la región “llevando música, porque la música emociona, porque la música conecta con las emociones más placenteras que puedan tener los niños y niñas y porque queremos llegar a los rincones donde la música clásica no llega. Queremos llegar con la cultura, porque los niños deben tener el acceso y la oportunidad de compartir también y conocer instrumentos musicales y asociarnos con los instrumentos musicales que ellos tienen y con los que disfrutan la música en sus jardines infantiles”.

Por su parte, la Directora Ejecutiva de Chile Violines, Carolina Ramírez, manifestó que “una de las principales motivaciones que tenemos como institución es precisamente poder acercarnos a diversos públicos y por su puesto desde la primera infancia, que puedan acceder a este tipo de música, música clásica, pero también entregarles música popular, música de películas y con instrumentos clásicos que eso es muy novedoso para ellos”.

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Romina Lizama, educadora del jardín Burbujitas de San Juan, sostuvo que estas instancias son un real aporte en la formación de los niños y niñas. “Los niños al trabajar con la música en las distintas experiencias educativas fortalecen la sensibilidad, también la imaginación, su creatividad y gradualmente ellos van aprendiendo a seguir los ritmos al son de la música, con las diferentes canciones”, dijo, y agregó que “por las características de ellos están recién aprendiendo a regular sus emociones, entonces tocar diferentes canciones y ocupar diferentes instrumentos les ayuda poco a poco a ir regulando sus emociones, a calmarse, también les estimula la creatividad y les da alegría a algunos, les produce más sensibilidad, a otros calma. A medida que van creciendo y a medida que vamos trabajando cada vez más con la música, van adquiriendo el sentido de pertenencia de acuerdo a la música que toquemos”, concluyó.

A partir de este convenio se espera que Chile Violines y sus músicos desarrollen al menos 12 presentaciones en vivo para las comunidades educativas de Fundación Integra en la región.

Con 32 años de experiencia y más de 1.200 salas cuna y jardines infantiles gratuitos en todo el país, Fundación Integra trabaja para lograr el desarrollo integral, bienestar y aprendizajes significativos de niños y niñas, poniendo a su disposición espacios educativos diversos, estimulantes y de calidad.

¿Esperando al conejito? Conoce cuántos huevitos de chocolate es recomendable dar a niños y niñas

Una las tradiciones más esperadas por niños y niñas en cada Semana Santa, es la búsqueda de los huevitos que el conejo de Pascua deja en nuestros hogares. Faltando pocos días para esta particular visita, el Departamento de Nutrición y Salud de Fundación Integra entrega diversas recomendaciones para que el consumo de estos alimentos sea seguro y no conlleve riesgos en esta fecha especial para las familias.

Primero, es importante recordar que la ingesta de estos chocolates implica un cambio en la rutina de alimentación de los hijos/as. Por ello, se sugiere que su entrega y consumo sea moderado, considerando que poseen una alta cantidad de azúcar, grasa y calorías.

Los adultos/as deben revisar la información nutricional de estos productos, eligiendo los que posean una mayor cantidad de cacao y privilegiando además los que tengan menos sellos. También es clave la supervisión de padres y madres, para poder prevenir cualquier riesgo de obstrucción de la vía aérea.

El llamado es a preferir los huevitos “huecos” por sobre los macizos o rellenos, puesto que tienen un menor aporte calórico. Un niño o niña de entre cuatro a cinco años, debería comer como máximo seis huevitos huecos por día, mientras que un niño o niña de dos o tres años, no más de tres unidades de este tipo, también por cada día.

Yocelin Sanhueza, jefa del Departamento de Nutrición y Salud de Fundación Integra, indicó que “sabemos el protagonismo que toma en esta festividad el chocolate. No obstante, hay que comerlos de forma moderada y asumiendo que tiene una gran cantidad de calorías, azúcar y grasas. Tomemos esta instancia como una oportunidad para realizar dinámicas en familia que den sentido a esta fecha y que no estén centradas en comer. Por ejemplo, es posible ejecutar actividades al aire libre, donde niños y niñas se mantengan activos/as”.

Otra opción es preparar la búsqueda de los huevitos en casa. Se puede reciclar elementos como bandejas de huevos, cajas de cartón o conos de papel higiénico para crear canastos, nidos o bolsas para la recolección de estos apetecidos elementos.

Por último, la especialista de Fundación Integra recalca que los huevitos de chocolate deben ser comprados en el comercio establecido, para garantizar su calidad y seguridad. Junto a ello, otra recomendación útil es evitar el consumo de “comida chatarra” y otros alimentos con alto contenido de azúcar durante estos días de Semana Santa.

Fundación Integra, con 32 años de experiencia, es uno de los principales prestadores de educación parvularia en el país, con más de 1.200 jardines infantiles y salas cuna gratuitos, a los que asisten más de 85 mil niños y niñas en todo Chile.