Análisis documental “Cien niños esperando un tren”

¿Por qué ver una película-documental del año 1988 en la que el director, Ignacio Agüero, nos presenta la travesía pedagógica e inspiradora de Alicia Vega, enseñando a niños y niñas, de una población de Santiago, a descubrir y apropiarse del lenguaje cinematográfico?.

Lo primero, es porque se trata de un acto de memoria. En un año especialmente sensible a recoger los trazos de una memoria que se vivifica para las generaciones pasadas, actuales y futuras, hacerlo es un acto de justicia. La década de los ’80 fue especialmente un tiempo dedicado a la construcción de un saber solidario y co-construido, al amparo de la educación popular.

Haciendo frente a la profunda desigualdad e injusticia social, fueron muchas y muchos, educadores/as, profesionales, trabajadores/as, quienes promovieron espacios de reflexión, de discusión crítica y de ánimo transformador de las condiciones sociales en las que se vivía. Alicia Vega hace eso y realiza esa co-construcción de saberes con niños y niñas de una población marginal de Santiago, niños y niñas que cartonean, venden en la feria, cuidan a hermanos/as menores y, sorteando el barro de la población, llegan a su taller, cada sábado para descubrir algo que resultaba prohibitivo en la lógica de la marginalidad.

Lo segundo, es señalar que se trata de un film que recrea la experiencia de trabajo con niños y niñas. Ellos/as son protagonistas. La cámara los/as acompaña mientras nos cuentan de su vida, mientras miran asombrados/as las proyecciones audiovisuales, mientras sus manos juguetonas confeccionan maravillosos artificios como un taumatropo o mientras, a bordo de una antigua micro “avenida Matta”, salen de la población para asistir a la exhibición de una película en un cine de la capital, un hecho inédito para la mayoría. Desde ese lugar protagónico para la niñez, el film nos plantea el sutil jaque mate al adultocentrismo. Son los niños y las niñas quienes transmiten un saber.

La mamá de Juanito comentará cómo se ha despertado la curiosidad de su hijo y reflexiona, muy honestamente, “los niños no son tan tontos como uno cree”. Porque la mirada adultocéntrica nos engaña haciéndonos creer que sólo adultos y adultas portamos saberes y que a los niños y niñas se les debe “entregar” ese saber adquirido. Pues no, en “Cien niños esperando un tren” son ellos/as quienes enseñan a los/as adultos/as, les muestran artificios y los acercan a nuevos conceptos, los hacen sonreír, maravillarse, sentir orgullo de esa lección. Lo refleja un papá entrevistado cuando dice: “Yo me siento y escucho”.

Finalmente, agregar que la trama nos conecta con un volver a lo simple y creativo porque ahí encontramos la humanidad que es el corazón de una pedagogía transformadora. Porque se nos refuerza que creer en lo que hacemos y mantener la convicción de ese trabajo honesto, simple y humano es la forma de acertar en la tarea. Cuando Alicia Vega le pregunta a las niñas y niños que asisten a la primera sesión del Taller de Cine, cuántos han visto una película en un cine de verdad, son muy pocos los que señalan que así ha sido.

Ella dice entonces “eso no importa porque desde ahora en adelante…” Y de eso se trata para muchos y muchas, desde un “de ahora y en adelante” transformar lo que era un privilegio, en un derecho. Eso nos anima a quienes trabajamos para, por y con la primera niñez.

Para a ver este film ingresa a la plataforma Ondamedia haciendo clic aquí, de forma gratuita.

Análisis realizado por Carolina Gaete Hernández, profesional del Departamento de Protección de Derechos (DPPI), Fundación Integra.

La importancia del bienestar psicológico de niñas y niños

En la semana de la salud mental, nos parece muy importante detenernos a reflexionar en torno a la importancia de la protección y promoción del bienestar psicológico y emocional de niñas, niños y adolescentes. A través de diversas fuentes sabemos que en Chile los datos sobre salud mental de niñas, niños y adolescentes no dejan de ser preocupantes, más aún si consideramos la reciente pandemia de COVID-19 y sus efectos en lo que respecta a salud mental. Los contactos que Fonoinfancia ha tenido con niñas, niños y adolescentes así también lo corroboran.

En el transcurso del último año, las interacciones de Fonoinfancia con adolescentes y jóvenes de entre 12 y 17 años, han evidenciado como motivo de consulta repetitivo, malestares asociados a sintomatología ansiosa y depresiva (tristeza, decaimiento, ansiedad, pensamientos rumiantes, deseos de morir e ideación suicida, entre otros). Dentro del relato de las y los adolescentes, y transversal a los distintos motivos de consulta, destaca la sensación de soledad, aislamiento, dificultad para hablar de lo que les está ocurriendo y pedir ayuda.

Esto último se relacionaría, por un lado, con la percepción de un mundo adulto hostil, en donde madres, padres, cuidadores y/o adultas/os cercanas/os no se identificarían como figuras disponibles emocionalmente. Más bien, tenderían a percibirse como personas que toman una perspectiva juiciosa y crítica ante sus conflictos y con los cuales la comunicación se volvería amenazante. Y, por otro lado, se relacionaría también con la percepción de sus conflictos como algo “molesto” y “problemático” para las adultas y adultos a los que ya se les percibiría “suficientemente” estresados y agobiados por las exigencias del día a día.

En ambas situaciones subyace la idea de que sus inquietudes, afectos y/o malestares deben ser resueltos en soledad, sin la ayuda de madres, padres y/o adultos cercanos que puedan orientar acciones concretas en caso de ser necesario. Lo que parece más alarmante de esta situación, es que deja a las y los adolescentes muy aislados de sus redes de apoyo más próximas.

En este sentido, creemos relevante y urgente que adultas y adultos nos hagamos parte del cuidado de la salud mental de niñas, niños y adolescentes generando acciones que se orienten a acortar las barreras de acceso a sus entornos más inmediatos de apoyo (familiares, escolares, comunales). Así como también, informándonos, habilitándonos y disponiéndonos a acoger de manera oportuna y sensible no solo sus inquietudes y malestares, sino que también sus ideas, deseos y singulares maneras de percibir y habitar sus entornos.

Para ello, y a propósito de la experiencia proporcionada por los contactos que a diario sostenemos con adultas/os, niñas, niños y adolescentes, es que nos parece clave propiciar espacios de encuentro y comunicación en familia. Incluyendo un lenguaje emocional en las conversaciones que facilite el hablar de cómo cada una/o se siente respecto de distintas situaciones, dando espacio también para el disentimiento, las emociones incómodas y temáticas relacionadas con la salud mental.

Es importante que estos temas dejen de ser un tabú, que se hablen al interior de las familias, contribuyendo con eso a derribar mitos y prejuicios entorno a la salud mental que pudieran convertirse en barreras para pedir ayuda. Es por eso que no da lo mismo qué y cómo conversar. El interesarnos genuinamente por las perspectivas y singularidades de niñas, niños y adolescentes, evitar hacer juicios de valor respecto de temáticas de su interés o conflictos, sin duda es una medida que cuida y protege.

Por otro lado, disponer, facilitar y alentar espacios de participación y pertenencia (deportes, actividades escolares, comunitarias, barriales, culturales, etc.) también es una medida que promueve la salud mental sobre todo en adolescentes y jóvenes. No debemos obviar que uno de los desafíos de la adolescencia es la construcción de la propia identidad, y para ello es deseable que participen de espacios en donde se sientan escuchadas/os, validadas/os, en donde puedan identificarse y/o diferenciarse de y con otras y otros, descubran distintas maneras de hacerse parte de la sociedad y generar cambios. Por otro lado, también contribuye a reforzar vínculos y espacios seguros para recibir y prestar apoyo.

Por último, es fundamental que sepamos identificar cuándo es necesario pedir ayuda profesional. Es esperable que niñas, niños y adolescentes presenten cierto malestar ante crisis vitales normativas o emergentes. Sin embargo, si el malestar persiste en el tiempo y/o es muy intenso, es importante consultar y pedir ayuda especializada. Por esto, las adultas y adultos que se vinculan cotidianamente con niñas, niños y adolescentes debemos estar atentas/os a cambios bruscos de ánimo o comportamiento que persistan por más de dos semanas ya que pudieren requerir de ayuda especializada, por ejemplo, cambios en los patrones de sueño, alimentación, rendimiento escolar, conductas de riesgo, autolesiones, e ideas de muerte.

Si tienes dudas respecto del bienestar emocional de niñas, niños y adolescentes, puedes contactarte a Fonoinfancia de lunes a viernes de 8:30 a 19:00 horas, llamando al 800 200 818 o ingresando a www.fonoinfancia.cl. Un equipo de psicólogas y psicólogos expertos en crianza, niñez y familia está disponible para acompañarte.

Bárbara Veloso Castro
Psicóloga del Programa Fonoinfancia, departamento de Promoción y Fonoinfancia, Dirección de Promoción y Protección de la Infancia, Fundación Integra.

El uso de pantallas con niños y niñas de la primera infancia

Uno de los temas más recurrentes en educación es todo lo referido al uso de pantallas, en especial celulares o tablets por niños y niñas. UNICEF, ha sido una de las instituciones internacionales que más se ha dedicado a dar la alerta al respecto, en especial en la primera infancia y más aún, con el segmento de que va desde los primeros meses a los 3 años por ser una etapa muy delicada en cuanto a las influencias que realizan.

Algunas de las orientaciones entregadas por el organismo internacional, señalan que los padres centran su preocupación en el contenido de lo que están viendo, pero el riesgo, según advierten, va más allá de ello. Para empezar, predispone al sedentarismos en una etapa en la que debieran estar relacionándose socialmente, explorando, jugando y moviéndose para ejercitar su desarrollo motor.

A ello se agrega que las pantallas emiten una luz de onda corta que puede llegar a dañar la retina de manera irreversible, ya que su cristalino se encuentra en pleno desarrollo y no son capaces de filtrar la luz adecuadamente.  Consecuencia de ello, vemos como ha aumentado considerablemente los casos de miopía en el mundo.

Está también la peligrosa sobreestimulación que recibe el cerebro, dificultando con ello conciliar el sueño, y si esta actividad además supera las siete horas al día, ocasiona bajos niveles de sustancia blanca en el cerebro, clave para el desarrollo cognitivo y el lenguaje en la infancia.

Es lamentable lo que se observa día a día en las casas, medios de transporte e incluso en los parques y lugares al aire libre; muchas familias o cuidadores en vez de aprovechar esos momentos para regalonear con los niños/as, jugar con ellos, hablarles, cantarles, mostrarles el mundo, en especial la naturaleza y su diversidad, sólo ‘descansan’ en estos medios, ocasionando un peligroso silencio e inmovilidad en los bebés e incipientes ‘deambuladores’.

Así no pueden conocer del todo sus posibilidades motoras, ni lo que le ofrece concretamente su contexto familiar, social y natural, lo que es el aprendizaje más crucial de esta etapa.

Recordemos que “el derecho preferente de los padres a educar a sus hijos” que se discute constitucionalmente, comprende importantes responsabilidades. Ojalá asumamos todo lo que implica, entre ellos, el amor y cuidado presencial de sus progenitores en los primeros años de vida, algo que es irremplazable.

María Victoria Peralta,
Premio Nacional de Ciencias de la Educación, presidenta de Fundación Integra
y académica de Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Central

Seguridad y bienestar emocional de niños y niñas en contexto de emergencia

Durante los últimos días recorrí algunas de las zonas afectadas por las precipitaciones y pude constatar en el territorio la situación que están viviendo niños, niñas y sus familias. Desde mi experiencia y como representante de Fundación Integra, hago un llamado a reflexionar, a mirar y tratar de entender cómo se viven estos desastres en la infancia y cómo este tipo de situaciones afectan a niños y niñas.

Desde una mirada adultocéntrica, muchas veces se suele invisibilizar las vivencias de niños y niñas y nos tranquilizamos diciendo, que debido a su edad no se dan cuenta de lo que sucede a su alrededor, sin embargo, tal como indica Unicef en su documento Derechos de la niñez en emergencias y desastres. Compromiso de todos (2008): “Para la niñez, las emergencias producen trastornos importantes en sus vidas y su desarrollo, por la rapidez con que ocurren los cambios y la manera en que son afectados”.

Muchos de los niños y niñas, que residen en las zonas afectadas por la emergencia climática pueden haber sufrido la pérdida de su hogar, de una mascota e incluso de un miembro de su familia. Ante estas situaciones, los expertos recomiendan establecer rutinas y entregar predictibilidad, para que niños y niñas sepan que los adultos son una referencia confiable que les ayudará a salir adelante.

Brindar seguridad y bienestar es prioritario para garantizar un desarrollo emocional saludable de niñas y niños en momentos de incertidumbre. Es sabido que los primeros años de vida son críticos en la maduración de las habilidades sociales y procesos cognitivos, por esto, como adultos, debemos escuchar, observar, informar y responder las preguntas que surjan en estos contextos, todo ello, irá en directo beneficio de su salud mental futura.

Como responsables del cuidado de niños y niñas, debemos tratar de ofrecer espacios de confianza y confort donde puedan expresarse, sin minimizar, juzgar o ridiculizar sus emociones. Este apoyo les permitirá comprender lo vivido y fortalecerá su capacidad para hacer frente a situaciones difíciles y cimentará su enfrentamiento en la vida adulta.

Esto es especialmente relevante, pues múltiples estudios nos confirman que la falta de contención en emergencias y desastres, puede llevar a desarrollar trastornos como estrés postraumático, depresión o ansiedad en la adultez.

Muchos de los niños y niñas, que residen en las zonas afectadas por la emergencia climática pueden haber sufrido la pérdida de su hogar, de una mascota e incluso de un miembro de su familia. Ante estas situaciones, los expertos recomiendan establecer rutinas y entregar predictibilidad, para que niños y niñas sepan que los adultos son una referencia confiable que les ayudará a salir adelante.

Hacer frente a esta situación de emergencia implica incorporar procesos de educación emocional, enseñar a los niños y niñas a reconocer sus emociones, explicándoles que no existen sentimientos buenos o malos. Mi invitación es que como adultos les ayudemos a resignificar lo sucedido de manera cariñosa, con información veraz, pero adecuada a su ciclo vital, para que puedan conectarse con sus vivencias, promoviendo en su desarrollo habilidades como la tolerancia a la frustración, la empatía y la resiliencia.

En estas semanas de vacaciones para niños y niñas, la relación con sus familias y cuidadores, será de vital importancia para enfrentar y reelaborar lo vivido en la emergencia, para esto debemos estar disponibles a conversar y cuidarnos. Desde Fundación Integra seguiremos apoyando las labores de crianza, a través de nuestro programa FonoInfancia, el que está disponible de lunes a viernes, en el fono 800 200 818 o por chat en www.fonoinfancia.cl, donde profesionales expertos podrán guiar y acompañar estos procesos.

Nataly Rojas Seguel
Directora Ejecutiva de Fundación Integra

Directora Ejecutiva visita jardines infantiles afectados por emergencia climática en el Maule

La directora ejecutiva de Fundación Integra, Nataly Rojas Seguel, recorrió junto al equipo de la Dirección Regional Maule, las zonas más afectadas en el contexto del sistema frontal que se registró en la zona centro sur del país, para conocer el estado de las salas cuna y jardines infantiles, junto con acompañar a las trabajadoras y trabajadores afectados por esta emergencia climática.

En compañía de la directora regional de la institución, Angélica Olguín Rebolledo, se trasladó hasta la comuna de Curepto, donde compartió con el equipo educativo del jardín infantil Cuncunita. También, las autoridades participaron de una visita a la escuela Juan Jesús González, que encabezó el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, donde compartieron con vecinas y vecinos.

Luego, el equipo de Integra llegó hasta Licantén donde conocieron el trabajo del equipo educativo del jardín infantil Papelucho, habilitado como centro de acopio para ayudar a las familias afectadas.

Junto al ministro Ávila y la subsecretaria de Educación Parvularia, Claudia Lagos, además se recorrió el liceo Alejandro Rojas Sierra, participaron de una reunión en la Segunda Comisaría de Carabineros de Licantén, para luego recorrer la sala cuna Capullito, dependiente de Fundación Integra, recinto que registró daños de consideración producto de la acción del agua.

Nataly Rojas Seguel, indicó que “quiero destacar el gran compromiso de las y los trabajadores de Integra, ya que se han movilizado para apoyar a las familias que asisten a nuestras salas cuna y jardines infantiles, incluso a pesar de verse también afectadas y afectados por este temporal. Estamos trabajando, con la coordinación de la oficina regional, para que tras el receso invernal podamos reabrir las puertas para recibir a los niños y niñas en condiciones normales de funcionamiento”.

ACOMPAÑAMIENTO PERMANENTE

Los jardines infantiles Alborada y Miraflores, de la comuna de Longaví, también recibieron la visita de los equipos de Integra desplegados en la zona, para conocer el estado de los recintos y las necesidades especiales que puedan tener las familias y/o trabajadoras. Lo mismo ocurrió en Linares, donde la directora ejecutiva recorrió el jardín infantil Pasitos de Ternura, para compartir posteriormente una instancia de diálogo con el equipo educativo.

Durante el recorrido por las comunas afectadas por el sistema frontal, también se entregó a las familias un kit de emergencia, proporcionado por el programa Chile Crece Contigo, el cual contiene diversos materiales y accesorios especialmente diseñados para el uso de niños y niñas.

La directora regional de Fundación Integra, Angélica Olguín Rebolledo, señaló que “como equipo regional nos preparamos para el complejo escenario climático que enfrentaríamos en el Maule, por lo que nos pusimos en acción para abordar las distintas situaciones con las directoras de los jardines infantiles, para que los niños y niñas puedan volver luego del receso de invierno”.

También, la directora ejecutiva de Integra participó de una reunión en Talca con el director regional de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, SEC, Vicente Marinkovic, instancia donde se revisó la situación de las salas cuna y jardines infantiles afectados por esta emergencia, en materia eléctrica, junto con las acciones a implementar para la rehabilitación del servicio en estos recintos.

Por último, las autoridades recalcaron a las familias afectadas que pueden recurrir de forma gratuita y confidencial a Fonoinfancia, de Fundación Integra, el que cuenta con un equipo de psicólogos y psicólogas preparadas para entregar orientación en temas de crianza, cuyo horario de atención es de 08:00 a 19:00 horas a través del teléfono 800200 818 o por chat en www.fonoinfancia.cl.

Con 32 años de experiencia y más de 1.200 salas cuna y jardines infantiles gratuitos en todo el país, Fundación Integra trabaja para lograr el desarrollo integral, bienestar y aprendizajes significativos de niños y niñas, poniendo a su disposición espacios educativos diversos, estimulantes y de calidad.

Nicolett Gálvez: de Rancagua a Boston ejerciendo la educación parvularia

Nicolett Gálvez Lemus tiene 25 años y es Educadora de Párvulos de la Universidad del Biobío. A su corta edad, su vida profesional ha estado marcada por esfuerzos, sacrificios, pero también importantes logros, que incluso la llevarán a implementar en Estados Unidos la enseñanza recibida en el país.

“Amo tanto lo que hago, que cuando me dicen que me parezco a Patch Adams, referente al cual yo aspiraba ser, quiere decir que lo estoy haciendo bien, eso me emociona”, asegura.

Ella, al igual que su madre Mitzi, comenzó trabajando como auxiliar de servicio para luego desempeñarse como agente educativa en los jardines infantiles San José Obrero y Diego Portales de Rancagua, específicamente durante la implementación del programa “Vacaciones en Mi Jardín”. Fue en ese momento cuando se dio cuenta que quería enfocarse en la educación parvularia, su vocación.

“Me sentía feliz. Yo podía estar con pena, pero llegaba allá y era un cambio rotundo de chip. Lo pasaba bien con los niños y niñas y me di cuenta que quería hacer más por ellos”, recuerda Nicolett sobre sus inicios.

Mitzi tiene mucho que ver en esta decisión, pues desde pequeña Nicolett visitaba la Oficina Regional de Fundación Integra, en Rancagua, lugar donde su madre trabaja desde el año 2010, intercambiando ideas y conversaciones con diferentes profesionales.

“Estoy súper contenta, pero con sentimientos encontrados porque me dobló la mano. Yo nunca quise que estudiara esto porque es una carrera complicada. Hoy estoy orgullosa, fue fuerte y siguió su sueño”, afirma su madre.

Por su parte, Alejandra Ampuero, jefa de Administración y Servicios Educativos de Fundación Integra O’Higgins, también tuvo palabras para esta destacada funcionaria. “Gracias a su esfuerzo, a su empeño ella ha podido sacar adelante a su familia, a sus hijos. Me siento orgullosa, feliz y emocionada de saber que su hija hoy cumple un sueño. Le irá muy bien porque es una persona desafiada y comprometida, rasgos que, sin duda, heredó de su madre”.

Sus logros y perseverancia, la llevaron a dejar las fronteras del país. Desde el 23 de junio en Boston, Estados Unidos, comenzará su nuevo desafío profesional, pues trabajará con niños y niñas, luego de un arduo proceso de postulación y entrevistas. Su idea es permanecer allá el mayor tiempo posible, para luego regresar con nuevos conocimientos que pueda aplicar en escuelas rurales y por qué no, también en Fundación Integra.

“No me lo esperaba, estoy muy contenta, es otro cambio cultural. Siempre he dicho que quiero ser una persona muy sabia y entregar todo ese conocimiento. Siento que se me está dando de una manera que no imaginé, mi sueño era ser profesora y conocer el mundo”, señaló.

Nicolett ya sabe de viajes y de estar lejos de sus seres queridos, pues su práctica profesional la realizó durante seis meses en España gracias a una beca que obtuvo en la universidad. Por eso ahora, esta “Patch Adams de Rancagua”, personaje con quien reitera estar muy identificada, espera seguir contribuyendo a la calidad de la educación parvularia.

Con 32 años de experiencia y más de 1.200 salas cuna y jardines infantiles gratuitos en todo el país, Fundación Integra trabaja para lograr el desarrollo integral, bienestar y aprendizajes significativos de niños y niñas, poniendo a su disposición espacios educativos diversos, estimulantes y de calidad.

Análisis libro “Educar las emociones: educar para la vida”

La destacada psiquiatra infanto-juvenil y especialista en neurociencias aplicadas a la educación, Amanda Céspedes, escribió este libro para todos los adultos/as que están a cargo del cuidado y enseñanza de niños y niñas, usando un lenguaje simple y con diversos ejemplos. La autora señala que por siglos se ignoró el papel que juegan las emociones en el desarrollo humano, centrándose en lo cognitivo, y que recién a fines del siglo XX las investigaciones en neurociencias comenzaron a demostrar que somos seres emocionales.

Las emociones son respuestas pasajeras del organismo frente a estímulos y surgen desde que estamos en el vientre materno, alrededor de las 28 semanas de gestación. Las primeras emociones que experimentamos son las emociones primarias y nos acompañarán toda la vida: la rabia, el miedo, la tristeza, la frustración y la alegría. Un recién nacido experimenta miedo al dejar el cálido útero materno por un ambiente externo lleno de nuevos estímulos; ruidos, olores, temperaturas, luces.

Los bebés en gestación tienen una fuerza interna natural de búsqueda de la armonía emocional, pero al nacer ese equilibrio emocional dependerá del encuentro con los otros. Esto es clave porque somos los adultos/as los que debemos dar el cauce al torrente emocional de los niños y niñas.

La armonía emocional de un niño o niña es un fenómeno biológico, pero que se sustenta en lo social, pudiendo ser modificada para bien o mal desde la experiencia con otros. De esta forma, un niño/a que vive maltrato físico y/o psicológico, sufre un desequilibrio biológico, aumentando en su organismo la hormona del estrés llamada cortisol, alterando su emocionalidad, desarrollo y capacidad de aprender. Ante esto, cabe preguntarse: ¿qué debemos hacer los adultos/as para potenciar el desarrollo emocional de los niños y niñas?.

La autora señala que los adultos debemos acompañar respetuosamente a los niños y niñas a desarrollar y enriquecer un potencial que ya traen consigo y que les va permitir, a medida que vayan creciendo, una adecuada gestión emocional. Con los bebes, este acompañamiento consiste en confortarlos y atender de manera sensible a sus necesidades, sin enjuiciarlos (ej. “este bebé me está manipulando), nombrándole las emociones y facilitando que las reconozca.

Con los párvulos, en los jardines infantiles y los estudiantes en los colegios, también se requiere un adulto/a atento a sus necesidades diversas, capaz de contener emocionalmente, dar seguridad, escuchar, validar todas las emociones, permitir que se expresen, sin juzgarlas o invisibilizarlas (ej. “no es para tanto, no llores”), y acompañar el proceso de aprender a regular sus emociones, para una sana convivencia consigo mismo/a y los demás, esto es educar para la vida.

A través de las páginas, Amanda Céspedes nos invita a reflexionar sobre situaciones de la vida diaria de niños, niñas y adolescentes, es así como detrás de expresiones como el llanto, las mordeduras, conductas desafiantes hay una emocionalidad y es nuestra tarea como adultos acoger, validar y acompañar desde las necesidades de ese niño/a o adolescente.

Finalmente, el libro plantea que, para educar las emociones de niños y niñas los adultos, familias y educadores, debemos reconocer y regular nuestras propias emociones, así como cuidar nuestro bienestar emocional. Un Libro que, si bien se publicó por primera vez en noviembre de 2008, nos entrega enseñanzas a los adultos que están más vigentes que nunca. Todos quienes estamos en contacto con niños y niñas y trabajamos en educación debiéramos leer este texto y compartirlo.

Análisis realizado por María Andrea Huerta, profesional de la Unidad de Políticas y Proyectos de Educación de la Dirección Nacional de Educación en Fundación Integra.

Rendir cuenta en educación parvularia

En mi rol de Directora Ejecutiva, tuve el honor de presentar el trabajo realizado por Fundación Integra durante el año 2022, un año en que el desafío fue adaptarnos y buscar estrategias en conjunto, para recuperar las confianzas, reconectarnos y poder disminuir la incertidumbre en tantas familias y trabajadores, luego de los momentos complejos vividos durante el confinamiento, cuando la vida se paralizó, pero las necesidades de aprendizajes de niños y niñas no.

Rendir cuenta es un hito relevante para la democracia del país, porque entrega señales de transparencia y confianza a la ciudadanía, que también refiere a una institucionalidad honesta, responsable y comprometida.

Con casi tres décadas de existencia, hemos construido pilares sólidos sobre los que avanzamos, con la convicción de la labor transformadora que tiene la educación, desde los primeros años de vida. En 2022, 81.739 niños y niñas asistieron a los jardines infantiles, salas cuna y modalidades no convencionales de Fundación Integra en todo Chile, donde más de 27 mil trabajadores y trabajadores –de los cuales un 97% son mujeres-, se encargan de entregar experiencias significativas de aprendizaje y bienestar.

El trabajo y compromiso de los equipos educativos son el motor transformador de la sociedad, porque sabemos lo importante que es para el ser humano la estimulación en los primeros años de vida. Por esto, en Fundación Integra, niños y niñas aprenden jugando y adquieren herramientas para su desarrollo futuro.

Esta cuenta pública, releva también la participación y compromiso de trabajadores, trabajadoras, familias, niños y niñas, para la construcción de la Carta de Navegación, documento que traza el rumbo de la institución para los próximos años, a través de ejes estratégicos como la promoción de derechos y bienestar de niños y niñas, reconocer el rol y fortalecer el bienestar de las y los trabajadores, inclusión como enfoque institucional y mejorar la gestión institucional, entre otros.

Uno de los grandes desafíos que enfrenta Chile en materia de infancia es que niños y niñas accedan a una educación de calidad, equitativa e inclusiva, en espacios donde se protejan y promuevan sus derechos. Trabajar coordinadamente como sector nos ha permitido avanzar en esta materia y también enfrentarnos a la tarea de ampliar el acceso a la educación parvularia a través de la incorporación de 13 mil nuevos cupos, que permitirán entregar oportunidades de desarrollo a miles de niños y niñas.

Avanzar en calidad también requiere que las comunidades educativas se organicen y autoevalúen, definiendo de manera integrada los objetivos y estrategias para favorecer el aprendizaje y desarrollo pleno de niños y niñas. De acuerdo a este propósito, en 2022, en Fundación Integra, el 99% de los establecimientos trabajaron durante 2022 en los Planes de Mejoramiento Educativo, así como también el 100% desarrolló su Proyecto Educativo Institucional (PEI) y 624 jardines infantiles y salas cuna ya cuentan con su Reconocimiento Oficial.

El trabajo y compromiso de los equipos educativos son el motor transformador, porque sabemos lo importante que es que para el ser humano la estimulación en los primeros años de vida. En los establecimientos de Fundación Integra, niños y niñas aprenden jugando y adquieren herramientas para su desarrollo futuro. Por eso, vimos con preocupación los efectos negativos que dejó el confinamiento y la no presencialidad en términos de desarrollo y salud mental. Surge así, nuestro Modelo de Educación Emocional, que enseña a las trabajadoras, trabajadores, familias, niños y niñas que todas las emociones son válidas, que no existen emociones por género o edad, sino que son sentimientos propios, experimentados por los seres humanos, desde la niñez hasta la senectud.

Directora Ejecutiva de Fundación Integra

Nataly Rojas Seguel

La educación de la primera infancia

En el borrador de la propuesta de Constitución sobre el Derecho a la Educación, se refiere a la educación parvularia en una forma poco clara y pertinente, atendiendo su reconocimiento mundial y la historia de este nivel en Chile. Expresa en el capítulo II, art. 16.22, que es “deber del Estado promover la educación parvularia, por lo que financiará y coordinará un sistema gratuito a partir de nivel medio menor, destinado a asegurar el acceso a este y a sus niveles superiores. El segundo nivel de transición es obligatorio, siendo requisito para la educación básica”.

La educación es un derecho del ser humano desde el nacimiento, y desde el ámbito de la educación formal extrafamiliar, se expresa claramente en el nivel de Sala Cuna desde la Ley Nº 17.301 que dio origen a la Junta Nacional de Jardines Infantiles en 1970.

Desde ese momento, existen otras leyes, institucionalidad, servicios proveedores, normativas, financiamiento a través de la Ley de Salas Cunas que viene de 1917, programas no formales, formación profesional y técnica, etc. que dan cuenta de este reconocimiento del Estado de ser un sub-nivel dentro del sistema de educación parvularia.

Por eso que extraña esta ambigüedad en el texto propuesto, frente a lo cual todo tipo de organismos del nivel planteará su adecuada formulación, reconociendo este derecho ineludible de niñas y niños chilenos desde el nacimiento. Desconocemos las causas de este planteamiento, suponemos que viene por el lado del financiamiento, tema en discusión aún para ciertos sectores, pero ello no legitima esta exclusión dentro del sistema educativo.

Esperamos que se enmiende en beneficio de niños, niñas, familias y de la seriedad y respeto que tiene la educación parvularia chilena.

María Victoria Peralta,
Premio Nacional de Ciencias de la Educación, presidenta de Fundación Integra
y académica de Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Central

Análisis película “El comienzo de la vida”

La película, que se puede ver a través de la plataforma Netflix, se refiere a la importancia que el entorno, durante los primeros años de vida, tiene en el desarrollo integral (cognitivo, social y emocional) de niños y niñas.

Durante 90 minutos se despliegan en pantalla variados temas en relación a las primeras etapas en la vida de las personas y las diferentes circunstancias culturales, sociales y políticas que se pueden observar en diversos países del mundo. Las temáticas abordadas en el largometraje, también, son parte del debate que tenemos en Chile, ya que son transversales a la vida, la crianza, las familias, la maternidad (la lactancia materna), los cuidados y educación durante los primeros años, la responsabilidad parental de hombres y mujeres y la compatibilidad laboral con la vida familiar, entre otros.

La mirada económica, presentada por el Premio Nobel de Economía, James Heckman, nos recuerda que invertir en educación durante la primera infancia es una estrategia rentable para el impulso del crecimiento económico y de las naciones.

En tanto, la visión científica, explicada por Jack Shonkoff, pediatra e investigador del Centro del Niño en Desarrollo, afirma que “en los primeros años de vida de una persona, el cerebro realiza entre 700 y 1.000 conexiones nuevas por segundo”, por tanto, siendo el periodo de formación cerebral con la mayor velocidad de conexiones, la sociedad y las familias deben procurar que estas conexiones sean de calidad, que permanezcan en el tiempo y se afiancen para producir nuevas y más profundas conexiones que permitirán contar con personas más saludables, desarrolladas en sus emociones y en su capacidad para conocer y participar en el mundo social al que pertenecen.

El relato audiovisual, en definitiva, releva el mensaje sobre lo crucial de esta etapa en la vida del ser humano, fundamental para desarrollar a una persona capaz de asombrarse, experimentar, aprender de y en su entorno, con características propias. Añade que, para entregarle un cuidado respetuoso a las niñas y niños, las y los adultos deben tener presente sus características y no las características que las y los “mayores” piensan que ellos deberían tener, dejando así atrás la mirada adultocéntrica.

Este film se recomienda para ser visto y analizado por familias, cuidadores, trabajadoras/es de jardines infantiles, estudiantes de educación parvularia, gobernantes que toman las decisiones de las políticas públicas y todas aquellas personas que quieran sumergirse y reflexionar sobre la importancia de esta primera etapa de la vida, y del rol que tienen las y los adultos para brindar entornos enriquecidos y amorosos que les permitan hoy un desarrollo pleno y feliz a los niños y niñas, que serán las y los adultos del mañana.

Análisis realizado por Mónica Basaure, Dirección de Educación de Fundación Integra.