Acercar a niñas y niños a la lectura, una tarea necesaria

A través de la lectura de cuentos y compartir relatos, niñas y niños van desarrollando una conciencia fonológica, que les permite asimilar los sonidos –fonemas– que forman las palabras. Este acercamiento, les facilitará la interpretación de sonidos y ritmos, que contribuyen a articular palabras y también reconocerlas, entre otros aprendizajes.

Este contacto inicial de las infancias con los libros permite que desarrollen el lenguaje y la comunicación. Cuando leemos cuentos a niños y niñas, les ayudamos a ampliar su vocabulario y aportamos a que en el futuro posean una mejor comprensión de la sintaxis y la gramática.

Quienes trabajamos en educación inicial estamos conscientes de que acercar a los niños/as a la lectura es una tarea necesaria, pues les permitirá construirse como ciudadanos/as y pavimentar el camino hacia aprendizajes futuros para crecer sin límites.

Mediante la lectura, favorecemos el desarrollo de su imaginación, les permitimos viajar a lugares donde nunca han estado, a transportarse en el tiempo y el espacio a través de las palabras. Podemos invitarlos a soñar despiertos, vivir aventuras y construir universos que pueden visitar cada vez que deseen. No importa la edad que tengan, pueden ser bebés o tener 6 años, al leer en voz alta estaremos aportando a su desarrollo académico futuro, porque está comprobado que las personas que disfrutan de la lectura desde su primera infancia tendrán mejores habilidades de comprensión, escritura y vocabulario en su vida adulta.

De igual manera, un contexto familiar y social que promueva la lectura va de la mano del desarrollo del lenguaje oral y escrito. Una idea que es reafirmada por el estudio realizado por Ipsos sobre hábitos de lectura en Chile (2022), “cuando existen libros en el hogar, los niños y niñas los tienen a su alcance y son acordes a sus competencias lectoras, se propiciará la continuidad de ese niño o niña como futuro lector o lectora”.

Asimismo, acercar los textos a la primera infancia fortalece el vínculo afectivo con las y los adultos, por ejemplo, el leer cuentos en voz alta puede ayudar a tranquilizarlos y a establecer una rutina reconfortante antes de dormir. Con el paso del tiempo, niños y niñas aprenderán a reconocer en la voz de los cuentos una figura de apego y bienestar, porque como nos recuerda Francesco Tonucci, “la lectura es un placer que se contagia, no se impone”, y en este caso el contagio más efectivo es el que se produce a través de los afectos.

Por esto, la educación parvularia busca que la cotidianeidad de las infancias esté rodeada de lenguajes e historias. De esta manera, en las salas cuna y jardines infantiles de Fundación Integra, los equipos educativos favorecen la conexión diaria con la lectura, a través de ambientes enriquecidos, que contengan materiales educativos escritos, que estimulen la curiosidad de niños y niñas por conocer imágenes, letras, símbolos, colores, texturas, así como el significado de los mismos, tal como lo proponen las Bases Curriculares de la Educación Parvularia.

Quienes trabajamos en educación inicial estamos conscientes de que acercar a los niños/as a la lectura es una tarea necesaria, pues les permitirá construirse como ciudadanos/as y pavimentar el camino hacia aprendizajes futuros para crecer sin límites.

Nataly Rojas Seguel
Directora Ejecutiva de Fundación Integra.

De vuelta al jardín infantil para la reactivación de aprendizajes

Por estos días, niñas y niños están retomando las actividades en salas cuna, jardines infantiles y escuelas, lo que abre un espacio para insistir en los impactos positivos de la Educación Parvularia.

Este nivel constituye una oportunidad vital para ellas y ellos, porque les permite acceder a experiencias educativas, socializar con sus pares y otros adultos significativos, y adquirir herramientas socioemocionales clave para fortalecer su identidad y autonomía. Las salas cuna y jardines infantiles de la oferta pública son espacios educativos seguros, que posibilitan que niños y niñas aprendan y participen activa y protagónicamente de experiencias en la comunidad y el territorio.

El regreso a las aulas encuentra al sector educativo abocado a la principal misión que nos encomendó el Presidente Gabriel Boric para 2023: impulsar un plan de reactivación educativa, con el fin de que niñas y niños regresen a los establecimientos, asistan regularmente a estos y recuperen oportunidades de aprendizajes perdidas durante el prolongado encierro que significó la pandemia.

En esta tarea la Educación Parvularia tiene un importante rol que desempeñar, porque no hemos estado ajenos a las consecuencias provocadas por la crisis sanitaria. Entre estas repercusiones se incluye el ausentismo y la baja asistencia en salas cuna, jardines infantiles y niveles de transición, con impacto a corto, mediano y largo plazo en la trayectoria educativa.

Tras el retorno a la presencialidad, en nuestro nivel se ha advertido la necesidad de fortalecer el lenguaje y comunicación, el desarrollo socioemocional y en el desarrollo motor de niños y niñas. En este escenario, es importante que las familias se comprometan con la asistencia regular de sus hijos e hijas a salas cuna y jardines infantiles, porque esto contribuirá a avanzar en los desafíos educativos.

El Plan de Reactivación del Mineduc considera la trayectoria educativa desde la Educación Parvularia. Las distintas instituciones vinculadas con la primera infancia, los sostenedores y los equipos pedagógicos estamos convocados a generar acciones articuladas para favorecer la asistencia y la continuidad de las trayectorias educativas, como, asimismo, fomentar la buena convivencia para un bienestar integral de los niños y niñas.

Para el eje de Bienestar y Convivencia de este plan, las instituciones públicas de la Educación Parvularia -Junji, Fundación Integra, Dirección de Educación Pública, bajo la conducción de Subsecretaría de Educación Parvularia- ponemos a disposición de las familias diversos recursos online, que aportan herramientas complementarias a la asistencia al jardín para contribuir a la contención socioemocional de niños, niñas y equipos educativos.

Asimismo, contemplamos una serie de acciones para el eje de Reactivación de Aprendizajes, con foco en el gozo lector y el desarrollo de habilidades que serán clave para los siguientes niveles educativos; mientras que, en el eje de Asistencia, ponemos a disposición de los equipos estrategias diversas para promoverla.

Es muy importante que, en estos esfuerzos, las instituciones generemos acciones que nos permitan sumar a las familias a esta tarea. Madres, padres y cuidadores son fundamentales para ayudarnos a comunicar que asistir o no al jardín infantil no da lo mismo, pues en estos espacios educativos se producen aprendizajes indispensables para el desarrollo infantil.

Tenemos un gran desafío por delante y es fundamental que lo asumamos con una mirada colaborativa, integradora y que articulemos recursos y voluntades en torno a e este objetivo. Porque garantizar el acceso a una educación de calidad desde la primera infancia es una responsabilidad de todos y todas.

Columna coescrita por Claudia Lagos, subsecretaria de Educación Parvularia; Daniela Triviño, vicepresidenta nacional de Junji; y Nataly Rojas, directora ejecutiva de Fundación Integra.

Adaptación de niños y niñas a la sala cuna y jardín infantil

Los conflictos y contratiempos que surgen durante el primer día de jardín, requieren el apoyo, presencia y participación de los adultos, para que niños y niñas puedan superar los miedos que produce la separación de las familias y la distancia del hogar.

Durante la transición de la casa al jardín observamos que hay niños y niñas que tienen una mayor madurez cognitiva y emocional, que les permite estar mejor preparados para separarse de los adultos que los cuidan. Sin embargo, otros/as requerirán más apoyo y contención de parte de las familias y equipos educativos para adaptarse a este nuevo espacio de socialización.

Para una transición exitosa los niños y niñas requieren haber desarrollado relaciones afectivas sólidas con los adultos que los cuidan, con el objeto de propiciar la internalización de actividades y sentimientos positivos frente al cambio que significa pasar del hogar familiar al establecimiento educativo.

Al reflexionar sobre lo que niños y niñas viven al ingresar al nivel parvulario y relacionar la función educativa del estado con la que cumple la familia, podemos decir que se trata de una instancia vital en su desarrollo que anuncia un cambio de rol y de entorno, pues deberán adaptarse a un nuevo contexto cultural, social, ambiental, de seguridad, entre otros.

Esta dinámica que se produce en la primera infancia, es una de las tantas transiciones que deberán vivir los seres humanos durante la vida. En esta etapa, la transición se puede entender como un estado intermedio que lleva a los niños y niñas desde la comodidad y protección del núcleo familiar a conocer y explorar una esfera diferente, donde tendrán la posibilidad de interactuar con pares y adultos desconocidos.

Para una transición exitosa los niños y niñas requieren haber desarrollado relaciones afectivas sólidas con los adultos que los cuidan, con el objeto de propiciar la internalización de actividades y sentimientos positivos frente al cambio que significa pasar del hogar familiar al establecimiento educativo. También, es importante no subestimarlos, ni pensar que porque son pequeños no entenderán lo que les queremos decir, transmitirles seguridad con palabras simples y explicarles que a veces debemos separarnos, que a pesar de la distancia seguiremos juntos, ayudará a crear un vínculo.

“Es conveniente destacar los cambios positivos que vivirán los niños y niñas en esta etapa, aprender a través del juego, explorar, construir nuevos significados y perspectivas de su paso por el mundo, construyendo su ciudadanía paso a paso”.

Por lo anterior, como Fundación Integra, trabajamos por comunicar a las familias y equipos educativos la importancia del buentrato y la crianza respetuosa, y de esta manera apoyar el proceso que deberán vivir niños y niñas durante las primeras semanas del ingreso a la sala cuna y/o jardín infantil. Durante su paso por la educación parvularia, los niños y niñas pueden estar más sensibles, agresivos o silentes, en estos momentos, es clave que los adultos responsables de su cuidado tengamos paciencia con la adaptación que están viviendo y brindemos la seguridad emocional que requieren para sentirse cómodos.

Para apoyarlos, se recomienda realizar un proceso paulatino de separación durante los primeros días de ingreso, con el fin de facilitar la adaptación a los desafíos del nuevo entorno.

En este sentido, es conveniente destacar los cambios positivos que vivirán los niños y niñas en esta etapa, aprender a través del juego, explorar, construir nuevos significados y perspectivas de su paso por el mundo, construyendo su ciudadanía paso a paso.

Nataly Rojas Seguel
Directora Ejecutiva Fundación Integra

Movimiento y juego al aire libre en la infancia

En los primeros años de vida, los niños y niñas desarrollan sistemas básicos de movilidad, como gatear o reptar, luego con el apoyo de las y los adultos que están a su lado se ponen de pie y siguen avanzando, y conforme a su desarrollo y condiciones van adquiriendo nuevas habilidades. Por esto, durante la temporada estival, y aprovechando los beneficios del clima y siempre protegiendo a los niños y niñas del sol, es importante que las familias privilegien que niños y niñas desarrollen actividades al aire libre para aportar a su evolución psicomotriz.

En la actualidad, existe consenso entre educadores y expertos en salud en que el movimiento es fundamental para el bienestar físico en etapas tempranas de la vida. De esta manera, podemos observar que las niñas y niños que son más activos muestran, también, mayor capacidad de atención, manifiestan un procesamiento cognitivo más rápido y tienen un mayor rendimiento, que quienes tienen menos actividad. Es más, está comprobado que experimentar diversos movimientos permite que los niños y niñas adquieran nuevas conexiones neuronales, nociones de percepción y posición.

El juego, el movimiento y el aprendizaje que viven los niños y niñas durante las vacaciones son parte de la conquista de su autonomía y reconocimiento de sí mismos/as como sujetos de derecho, por lo que es nuestro deber como educadores y adultos responsables promover estas acciones.

En este contexto, destaco el programa Vacaciones en Mi Jardín de Fundación Integra, desarrollado durante los meses de enero y febrero en 64 comunas a lo largo de todo Chile, donde los equipos educativos realizan talleres, organizan paseos y actividades recreativas para que los niños y niñas disfruten y sigan aprendiendo durante sus vacaciones.

Se trata de una modalidad educativa que propicia el desarrollo habilidades sociales, vínculos entre pares y fomenta la creatividad e imaginación en la infancia. Durante la jornada en el jardín infantil, los equipos de trabajo entregan libertad a niños y niñas para estar y situarse en el espacio que más les acomode, organizando los procesos de juego y aprendizaje en torno a una convivencia bientratante.

El programa Vacaciones en Mi Jardín, privilegia que los niños y niñas realicen actividades en diferentes áreas: motora, intelectual y socioemocional, permitiendo la interacción y socialización con personas y objetos del entorno. Este énfasis es fundamental, porque cuando la niñez tiene la oportunidad de jugar, crea, descubre y pone en práctica nuevas formas de organizar su corporalidad, adquiere coordinación, avanza en sus habilidades motrices finas y gruesas, además, de practicar el manejo de sus extremidades.

Cabe destacar, que las actividades desarrolladas durante el verano en el jardín infantil, pueden ser replicadas en el hogar, ya que no necesitan materiales educativos muy complejos para llevarse a cabo. Por ejemplo, los padres o madres pueden invitar a niños y niñas a verbalizar las sensaciones que tienen al tocar hojas, tierra, plantas, piedras y otros objetos del medio natural. Con este simple ejercicio, que pueden realizarse en una plaza, la playa o el patio de la casa, promovemos el conocimiento del medioambiente, junto con potenciar su curiosidad y capacidad de asombro.

También, podemos invitar a los niños y niñas a realizar juegos de simulación, como bañar sus juguetes, porque comprenderán la importancia de la higiene y mantener limpio nuestro cuerpo para tener una sensación de bienestar y evitar enfermedades.

En definitiva, el juego, el movimiento y el aprendizaje que viven los niños y niñas durante las vacaciones son parte de la conquista de su autonomía y reconocimiento de sí mismos/as como sujetos de derecho, por lo que es nuestro deber como educadores y adultos responsables promover estas acciones.

Nataly Rojas Seguel
Directora Ejecutiva Fundación Integra

Navidad, oportunidad para promover la equidad de género en las infancias

Quienes trabajamos en educación inicial, sabemos que el juego es el lenguaje natural de niños y niñas, y a través de él aprenden a relacionarse, desarrollan habilidades y comparten significados.

Por eso, en esta Navidad, la invitación es a preguntarnos qué queremos para las infancias en Chile, evitando seguir con la tradición o la acción casi instintiva de regalar muñecas a las niñas y juegos de ciencias a los niños .

Con los regalos de Navidad, sin querer, muchos adultos reproducimos los estereotipos de género que existen en la sociedad y contribuimos a fomentar roles sociales que representan la desigualdad histórica entre hombres y mujeres.

Hace unas semanas, en España, el Ministerio de Consumo -organismo que vela por la protección y defensa de los derechos de los consumidores, entre otros aspectos- y los principales fabricantes de juguetes del país ibérico firmaron un código de autorregulación que busca dejar atrás los estereotipos de género que diferencian juguetes para niños y otros para niñas, también se busca impedir su sexualización y la promoción del lenguaje inclusivo.

La regulación española promueve, además, que los anuncios publicitarios sean más igualitarios, veraces y constructivos en relación a los roles femeninos y masculinos.

No se trata de decir a los padres y madres qué es lo que deben regalar a sus hijos/as , pero sí recordarles que, al principio de nuestras vidas, el primer agente socializador es la familia. En este grupo nuclear los niños/as desarrollan sus valores y afianzan sus apegos, pero también pueden terminar aprendiendo, de manera inconsciente, comportamientos estereotipados relacionados con juguetes, juegos, colores o roles, viendo limitado su desarrollo, aprendizajes y futuro.

Se trata de una iniciativa que debemos observar atentamente, para analizar los beneficios que su aplicación puede traer para el desarrollo igualitario de niños y niñas, y no seguir fomentando la analogía del hombre productor, asociado al trabajo fuera de casa; y la mujer en su rol reproductor, asociado a las tareas domésticas y de cuidado.

Por lo anterior, es importante que hagamos un llamado a mirar esta celebración como una oportunidad para darnos cuenta que el determinismo de los juguetes y colores en relación con el género, muchas veces, limita las aspiraciones y sueños en la niñez, definiendo sus anhelos futuros, por ejemplo, a ser futbolistas o ingenieros en el caso de los niños o bailarinas y enfermeras en el caso de las niñas, lo que termina reproduciendo las prácticas de exclusión social según sesgos de género.

No se trata de decir a los padres y madres qué es lo que deben regalar a sus hijos/as , pero sí recordarles que, al principio de nuestras vidas, el primer agente socializador es la familia. En este grupo nuclear los niños/as desarrollan sus valores y afianzan sus apegos, pero también pueden terminar aprendiendo, de manera inconsciente, comportamientos estereotipados relacionados con juguetes, juegos, colores o roles, viendo limitado su desarrollo, aprendizajes y futuro.

Desde los jardines infantiles y salas cuna de Fundación Integra, niños y niñas están llamados a aprender en interacciones colaborativas, considerando la perspectiva de género y la corresponsabilidad en los roles sociales, familiares y laborales, avanzando en la distribución equitativa de tareas y responsabilidades entre hombres y mujeres.

De esta manera, buscamos aportar efectivamente a construir una sociedad más equitativa y justa desde la primera infancia.

Directora Ejecutiva de Fundación Integra

Nataly Rojas Seguel

32 años al servicio de la educación inicial en Chile

En Fundación Integra cumplimos 32 años entregando educación parvularia a niños y niñas, una historia que se remonta a los años ‘90 y a la vuelta de la democracia en Chile, momento en el que los centros abiertos de la Fundación a Ayuda a la Comunidad (Funaco) se transformaron en los jardines infantiles y salas cuna que hoy conocemos.

Un camino que fue y sigue siendo posible gracias al compromiso y vocación de personas, en su mayoría mujeres, que, de la mano de su desarrollo laboral y profesional, han sido testigos de cómo el paso del tiempo ha convertido a Fundación Integra en uno de los principales prestadores de educación parvularia gratuita, a través de sus más de 1.200 jardines infantiles y salas cuna en todo el país.

“En este mes de octubre, asumimos un nuevo proceso de postulación masiva con el desafío de hacer que cada una de esas matrículas se traduzca en más niños y niñas jugando, aprendiendo y desarrollando habilidades para la vida en nuestros establecimientos”.

Este aniversario, lo vivimos en un contexto que nos desafía a ser protagonistas de importantes transformaciones. Nuestra institución fue la primera en aprobar el cambio de estatutos que modifica la designación de quien preside la fundación, lo que significa pasar de una medida arbitraria a una que vela por la idoneidad y competencias de la persona que ocupe este rol y cuyo nombramiento estará a cargo del Ministerio de Educación. Como Fundación Integra, nos sentimos orgullosos de este proceso, el que contó con la opinión y el acuerdo de las organizaciones sindicales que son la voz de trabajadores y trabajadoras.

Por otra parte, si hace más de 30 años Funaco luchaba contra la desnutrición, hoy nos enfrentamos a nuevos desafíos y a las secuelas que dejó la pandemia, como es el temor de las familias a volver a enviar a sus niños y niñas a las salas cuna y jardines infantiles, problema que se refleja en los altos índices de inasistencia que afectan a este nivel educativo. Por eso, en este mes de octubre, asumimos un nuevo proceso de postulación masiva con el desafío de hacer que cada una de esas matrículas se traduzca en más niños y niñas jugando, aprendiendo y desarrollando habilidades para la vida en nuestros establecimientos.

Somos una institución consolidada, pero que sigue en crecimiento, por ello junto a más de 25 mil trabajadores y trabajadoras, seguiremos avanzando en brindar una educación a escala humana que favorezca la participación y el diálogo, que reconozca la diversidad de las infancias y las distintas culturas, que fomente la vida en comunidad, la empatía y el respeto, que nos ayude a cuidar de nuestro medioambiente, y promueva la igualdad de género y la justicia social.

Reforma en estatutos de Fundación Integra

El lunes 3 de octubre de 2022, el Consejo de Fundación Integra aprobó, por unanimidad, la reforma de estatutos de Fundación Integra, en lo que refiere al nombramiento de quien la preside.

Esto implica que quien ejerza esta función sea una persona nombrada por el/la Ministro/a de Educación. El Presidente o Presidenta nacional del Consejo de Fundación Integra, deberá contar con una trayectoria laboral destacada en educación inicial, formación profesional idónea y experiencia en cargos de liderazgo en educación. El cambio en esta línea no impacta en el vínculo laboral que tienen los y las trabajadores de la Fundación hoy.

El proceso se ha trabajado de manera responsable, generando una serie de conversaciones y reuniones con todas las personas implicadas.

Fue en el contexto del anuncio que el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, dijo: ‘‘Acercar Integra al Ministerio de Educación va a permitirnos poder desarrollar esa política educativa de transformación y de aseguramiento de aprendizajes. Especialmente, luego de dos años de pandemia, en donde tenemos muy claro que tenemos que fortalecer el sistema de educación desde los más pequeños’’.

Estamos seguros que esta nueva etapa se reflejará en la permanente innovación, modernización y profesionalización de Integra para garantizar de mejor manera su rol social y público, de manera paulatina y responsable.

 

Nataly Rojas Seguel

Directora Ejecutiva

Fundación Integra

Asistencia al jardín infantil

La asistencia a las salas cuna y jardines infantiles es un aspecto central, por lo que todos y todas quienes trabajamos en el ámbito de la educación parvularia debemos prestarle especial atención, pues sabemos que es en esos espacios donde los niños y niñas adquieren aprendizajes para la vida.

La emergencia sanitaria y el confinamiento producto de la pandemia por COVID-19 nos desafió a dar continuidad a los procesos educativos en un escenario adverso, sobre todo para la educación inicial, en la que la interacción entre pares y adultos, es fundamental para el desarrollo de niños y niñas.

Es indispensable que las comunidades educativas retomen la práctica de jardines abiertos, resguardando las medidas sanitarias y el autocuidado, entregando una señal clara a las madres, padres y cuidadores de que los jardines infantiles y salas cuna son espacios seguros, flexibles, significativos y acogedores, que responden a las necesidades, intereses y características de los niños y niñas, para que éstos sean protagonistas de sus propios aprendizajes, y donde el juego es un principio fundamental.

La pandemia parece difuminarse con el tiempo, pero sus efectos aún son inciertos, y hoy quienes trabajamos en educación parvularia nos enfrentamos al desafío de combatir los altos índices de inasistencia. Según los datos dados a conocer por el Monitoreo de Escuelas en Pandemia, que llevó a cabo la Escuela de Gobierno UC, el Instituto de Sociología UC y el CIAE de la Universidad de Chile, con el apoyo del Ministerio de Educación, la asistencia a los establecimientos escolares y de educación parvularia estuvo bajo el 80%, durante el primer semestre de 2022.

Considerando esta realidad, fortalecer nuestra alianza con las familias, los primeros educadores de niños y niñas, es el paso inicial para generar conciencia sobre el impacto positivo que la asistencia constante y regular a los jardines infantiles y salas cuna, tiene en el desarrollo cognitivo, psicomotor y socioemocional de niños y niñas. Porque es en esta etapa de la vida en la que se produce un 75% del desarrollo cerebral y se construyen las bases para la adquisición de conocimientos y habilidades para la vida adulta.

Es indispensable que las comunidades educativas retomen la práctica de jardines abiertos, resguardando las medidas sanitarias y el autocuidado, entregando una señal clara a las madres, padres y cuidadores de que los jardines infantiles y salas cuna son espacios seguros, flexibles, significativos y acogedores, que responden a las necesidades, intereses y características de los niños y niñas, para que éstos sean protagonistas de sus propios aprendizajes, y donde el juego es un principio fundamental.

No debemos olvidar que en el jardín infantil los niños y niñas comparten y juegan con otros de su edad, despiertan su creatividad, mejoran su capacidad de comunicación, refuerzan hábitos de higiene, descubren el mundo que los rodea y se favorece el desarrollo de su autonomía, entre otros. Hacer que trascienda la riqueza que se genera en este espacio, depende de todas y todos nosotros.

Nataly Rojas Seguel, Directora Ejecutiva Fundación Integra.

Cultura de las infancias

La determinación de un día específico para celebrar a niñas y niños, que hasta no hace mucho se expresaba como el “Día del niño”, se ha convertido, a lo largo del tiempo, más bien en un incentivo al consumo y adquisiciones materiales. Sin embargo, otra consecuencia importante en la que se traduce esta denominación, tiene que ver con la omisión de las distintas manifestaciones de la niñez. La realidad que se instala al hablar del “Día del niño” omite la diversidad de infancias que conforman nuestra sociedad.

Por ello, como país tenemos el desafío de promover y construir una cultura de las infanciasEsto supone visibilizar, reconocer y considerar -no sólo declarativamente- sus voces, visiones, y experiencias vitales y cotidianas en todos los escenarios sociales, y preguntarse permanentemente cómo se ve, percibe y experimenta la realidad desde las infancias. Este ejercicio constituye en sí mismo un cambio paradigmático. Una manera diferente para los adultos de entender qué implica ser y habitar como niñas y niños, el mundo hoy.

Una cultura de las infancias requiere elaborar una visión compartida y reflexionada permanentemente, entre distintos espacios sociales y todos sus actores, acerca del lugar que ocupan niñas y niños en la sociedad. Esto último no es algo que podamos inferir, deducir o simplemente observar desde la externalidad. Porque es así, justamente, como se perpetua la visión adulto céntrica aún predominante.

Los adultos -incluso quienes nos desempeñamos en este nivel educativo-, creemos muchas veces “saber interpretar” a las niñas y niños, pero lo cierto es que hablamos, nos comunicamos y dialogamos muy poco con ellos o lo hacemos de manera insuficiente. Involucrarlos como sujetos activos, como legítimos otros, en las distintas dimensiones de la vida social es reconocerlos como ciudadanos activos del devenir de la sociedad, y esto comienza con escucharlos activamente para comprender lo que piensan, desean, teorizan y sienten (Riera, 2015).

¿Por qué es importante promover y fortalecer socialmente una cultura de las infancias?

Porque la idea de cultura y sus distintas expresiones, abre paso a la de diversidad. Los niños y niñas desde que nacen, van configurando, siempre que el entorno les de la opción, distintas posibilidades de ser y existir, diversas infancias, producto de su interacción con el mundo y las personas. Su rol en ese intercambio no debe ser visto por los adultos que lo rodean, como receptivo de una cultura ya existente e inamovible, sino muy por el contrario, como un rol transformador de ella, a partir de su invaluable contribución a la configuración de una mejor sociedadEsa, que nuestras infancias se merecen.

“Una cultura de las infancias requiere elaborar una visión compartida y reflexionada permanentemente, entre distintos espacios sociales y todos sus actores, acerca del lugar que ocupan niñas y niños en la sociedad. Esto último no es algo que podamos inferir, deducir o simplemente observar desde la externalidad. Porque es así, justamente, como se perpetua la visión adulto céntrica aún predominante”, dice.

Columna de opinión escrita por Claudia Lagos Serrano, Directora Ejecutiva de Fundación Integra (4 de abril al 8 septiembre de 2022). Educadora de párvulos de la Pontificia Universidad Católica, con doctorado en Educación de la Universidad ORT de Uruguay.

El derecho al ocio en la infancia

Los períodos de vacaciones o receso educativo suponen, en el pensamiento de muchos adultos, momentos en los que se debe “asegurar” la entretención de niños y niñas, generando un sin fin de actividades y panoramas que impidan que el aburrimiento infantil asome. Es como si las capacidades parentales se jugaran en ello.

Hay varios supuestos detrás de esta idea que se sustentan más en las comprensiones y expectativas de la vida adulta, que en un verdadero conocimiento de las capacidades y maneras de actuar y disfrutar de niños y niñas.

Por un lado, está la idea de que la capacidad de generar diversión es externa y adulta, y por otro, que la entretención se sustenta principalmente en estar “activos”.

Contrario a lo que se pueda pensar, la disposición al ocio es una capacidad humana útil y necesaria, que puede ser cultivada y desarrollada desde los primeros años de vida. Permite descubrir habilidades propias, conocerse a sí mismo, orientarse hacia algún propósito, desarrollar la autonomía y la capacidad de tomar decisiones, por nombrar solo algunas de sus potencialidades. Porque no tener un plan da la opción de generarlo y con ello desplegar estas capacidades.

Crear, explorar, experimentar y disfrutar pueden ser consecuencias del ocio, y la generación a partir de ello, de experiencias desafiantes y entretenidas, el punto de partida en el desarrollo de un pensamiento divergente e innovador, clave para desenvolverse en el mundo hoy.

En el actual contexto de sobre carga mental y física generado por la pandemia, en el que el descanso es fundamental para un adecuado desarrollo y bienestar, la invitación es a confiar más en las capacidades de niños y niñas, acompañar su creatividad, observarlos y escucharlos, seguir su compás, pero, sobre todo, reconocer al ocio como su derecho.

Columna de opinión escrita por Claudia Lagos Serrano, Directora Ejecutiva de Fundación Integra (4 de abril al 8 septiembre de 2022). Educadora de párvulos de la Pontificia Universidad Católica, con doctorado en Educación de la Universidad ORT de Uruguay.