El derecho al ocio en la infancia

Los períodos de vacaciones o receso educativo suponen, en el pensamiento de muchos adultos, momentos en los que se debe “asegurar” la entretención de niños y niñas, generando un sin fin de actividades y panoramas que impidan que el aburrimiento infantil asome. Es como si las capacidades parentales se jugaran en ello.

Hay varios supuestos detrás de esta idea que se sustentan más en las comprensiones y expectativas de la vida adulta, que en un verdadero conocimiento de las capacidades y maneras de actuar y disfrutar de niños y niñas.

Por un lado, está la idea de que la capacidad de generar diversión es externa y adulta, y por otro, que la entretención se sustenta principalmente en estar “activos”.

Contrario a lo que se pueda pensar, la disposición al ocio es una capacidad humana útil y necesaria, que puede ser cultivada y desarrollada desde los primeros años de vida. Permite descubrir habilidades propias, conocerse a sí mismo, orientarse hacia algún propósito, desarrollar la autonomía y la capacidad de tomar decisiones, por nombrar solo algunas de sus potencialidades. Porque no tener un plan da la opción de generarlo y con ello desplegar estas capacidades.

Crear, explorar, experimentar y disfrutar pueden ser consecuencias del ocio, y la generación a partir de ello, de experiencias desafiantes y entretenidas, el punto de partida en el desarrollo de un pensamiento divergente e innovador, clave para desenvolverse en el mundo hoy.

En el actual contexto de sobre carga mental y física generado por la pandemia, en el que el descanso es fundamental para un adecuado desarrollo y bienestar, la invitación es a confiar más en las capacidades de niños y niñas, acompañar su creatividad, observarlos y escucharlos, seguir su compás, pero, sobre todo, reconocer al ocio como su derecho.

Columna de opinión escrita por Claudia Lagos Serrano, Directora Ejecutiva de Fundación Integra (4 de abril al 8 septiembre de 2022). Educadora de párvulos de la Pontificia Universidad Católica, con doctorado en Educación de la Universidad ORT de Uruguay.

“No hay una sola forma de ser mamá”

En la sociedad actual existen ideas arraigadas -cultural e históricamente- respecto de lo que es la maternidad y de cómo se constituye, generando la percepción de que toda madre deberá vivir esta experiencia de la misma manera. Así, se han construido saberes sobre la maternidad, desde distintos ámbitos, como, por ejemplo, desde la dimensión médica, la que nos predispone a suponer que las madres poseen un conocimiento instintivo, luego del parto y producto de su biología, que les permitirá identificar y abarcar todas las necesidades de su bebé. Por otra parte, emergen creencias asociadas a diferentes credos, en que se les atribuye a las figuras femeninas, luego del nacimiento de sus hijos/as, un poder omnipotente, una energía inagotable y una bondad infinita que las embisten y acompañan desde ese momento y en la crianza.

También se observan otras creencias y consideraciones sociales sobre la maternidad que suponen que ser madre implica, explícitamente o no, el surgimiento de un amor incondicional, una felicidad expansiva y un estado de bienestar total inherente a ese nacimiento. Asimismo, parece ser que la maternidad viene a entregar automáticamente un lugar en la sociedad distinto a esa mujer, donde se creyera que algo se ha completado en ella por el hecho de haber concebido y parido. Todo ello, da cuenta que la maternidad es entendida como aquel “logro” que le daría sentido de vida, significado o finalidad a la existencia de las mujeres.

Lo anterior, contribuye a la deshumanización de la maternidad al instalarla desde un ideal de completitud, de deber ser, de placer y saber absolutista, donde se niegan otros tantos sentires que se pudieran vivenciar, asociados al nacimiento y la crianza, tales como: el cansancio por la demanda del cuidado de un hijo/a recién nacido, la incertidumbre sobre el futuro, la confusión que implica el momento de conocer a ese bebé e ir aprendiendo cómo identificar sus señales, para luego satisfacer sus necesidades. De este modo, es posible afirmar que en la sociedad no se permitiría dar espacio para que las madres se alejen de lo que se ha definido como ideal de maternar o sientan su maternidad de una manera diferente. Y cuando esto sucede o cuando las madres se permiten compartir sus temores y ansiedades en torno a su crianza, ello puede ser altamente sancionado por quienes comparten una aproximación tradicional de la maternidad.

“En este día, donde se celebra a las mujeres que son madres, celebremos con ellas reconociendo sus singularidades, definiciones, sentires y decisiones de cómo ser madre y de cómo acompañar el desarrollo de niñas/os. Permitamos espacios para reconocer y validar el ejercicio de las maternidades diversas, demos cabida a la comprensión de la diferencia en cada maternaje y acompañémosles amorosa y respetuosamente desde esa diferencia”.

Esta reproducción de ideal de madre también obnubila el cómo este proceso se da para cada mujer, desatendiendo al contexto en el que se encuentre. Parece existir una tendencia a homologar la experiencia y los recursos personales en todas las mujeres. No obstante, emergen variables situacionales, como lo son la realidad social, económica, cultural, geográfica, étnica, biográfica, entre otras, que podrían incidir, tanto en la forma en que se vive la maternidad, como en los estilos de crianza y cuidado. La creencia de que existe un tipo de maternidad ideal, omnipotente, placentera e incondicional, obvia una mirada situada que releve la particularidad y la experiencia de cada cual.

En este día, donde se celebra a las mujeres que son madres, celebremos con ellas reconociendo sus singularidades, definiciones, sentires y decisiones de cómo ser madre y de cómo acompañar el desarrollo de niñas/os. Permitamos espacios para reconocer y validar el ejercicio de las maternidades diversas, demos cabida a la comprensión de la diferencia en cada maternaje y acompañémosles amorosa y respetuosamente desde esa diferencia.

 

Columna elaborada por Rodrigo Cordero G., psicólogo, profesional supervisor del Departamento de Promoción y Fonoinfancia, y Alicia Varela H., psicóloga, Jefa del Departamento de Promoción y Fonoinfancia de la Dirección Nacional de Promoción y Protección de la Infancia de Fundación Integra. www.fonoinfancia.cl

La importancia social de la fuerza laboral femenina

El Día Internacional de los trabajadores y trabajadoras ha sido utilizado para visibilizar diferentes reivindicaciones sociales y realidades laborales y constituye una invitación a reflexionar sobre las condiciones de trabajo y las diversas problemáticas que afectan a las mujeres trabajadoras, como el retroceso de su participación en el empleo, producto de la pandemia.

Según reporta el INE, las mujeres perdimos el espacio ganado en la última década en materia de inserción económica: en el trimestre móvil abril-junio de 2020 (catalogado como el peor momento de la crisis sanitaria en cuanto a participación laboral de las mujeres), un total de 828.456 mujeres salió del mercado laboral. Si bien con el correr de los meses las cifras han mejorado, estas aún son muy bajas. Durante el trimestre móvil diciembre 2021- febrero 2022, las tasas de participación se situaron en 48,9% en las mujeres y en 69,9% en los hombres.

Tengo el orgullo y la responsabilidad de encabezar como Directora Ejecutiva una institución de más de 25 mil trabajadoras y trabajadores, con un 97% de la dotación que corresponde a fuerza laboral femenina. Además, las salas cuna y jardines donde la gran mayoría de ellas se desempeña, representan una invaluable oportunidad para que las mujeres se inserten en el mercado laboral. Y esto lo vemos en la caracterización de las familias de los niños y niñas que asisten a los establecimientos de Fundación Integra; a modo de ejemplo, en el 57,9% de las familias la madre trabaja; en el 48,7% la madre es la jefa de hogar y en el 25,4%, las mujeres están cesantes o en busca de trabajo.

En este día, quisiera relevar la labor de las mujeres que conforman Fundación Integra y que trabajan con la primera infancia, pero además, me gustaría destacar a quienes permiten que otras mujeres y cuidadoras puedan insertarse en el mundo laboral, con la confianza y tranquilidad de saber que sus hijos e hijas están seguros y protegidos en un ambiente de bienestar donde aprenden y desarrollan sus potencialidades.

Columna de opinión escrita por Claudia Lagos Serrano, Directora Ejecutiva de Fundación Integra (4 de abril al 8 septiembre de 2022). Educadora de párvulos de la Pontificia Universidad Católica, con doctorado en Educación de la Universidad ORT de Uruguay.

“Elegí este jardín para mi hija porque está cerca del colegio donde estudio”

Karina Godoy Pastén tiene 17 años y cursa cuarto medio en el Colegio Bernardo O’Higgins, de La Serena. Es menuda, sonríe con los ojitos y es dueña de una voz cálida y suave, aspecto juvenil que esconde a una tremenda y valiosa mujer, madre de Samantha, de 3 meses de edad, quien es lactante de la nueva sala cuna y jardín infantil Huerto 18, inaugurado el lunes 20 de marzo en el marco del inicio del año parvulario 2017 en la Región de Coquimbo.

Karina y su hija se robaron la película en la ocasión. Y es que su testimonio da cuenta de la relevancia de las salas cuna y jardines infantiles en la vida de cada una de las familias beneficiadas, porque cada familia es una historia.

“Al ser madre soltera el jardín infantil me permite preparar un mejor futuro para mi hija, porque mientras ella se encuentra aquí, yo puedo adquirir las herramientas necesarias para sacarla adelante”, señaló en su discurso frente a las más de 200 personas presentes. Al equipo de prensa de TVN le explicó que la tarea no ha sido fácil, pero que Samantha todo lo vale. “Es difícil, pero hermoso. Cuesta, pero ella es tan linda, que vale la pena su sonrisa”, dijo.

“Elegí este jardín porque está cerca de mi colegio. Yo cuento con todo el apoyo de mi familia pero todos trabajan, entonces tengo que venir a dejarla y llegar más tarde al colegio. Porque me queda cerca y como yo soy la mamá, quiero hacer el rol de mamá y por cualquier emergencia quiero venir yo a buscarla”, agrega.

“Este es un jardín infantil muy acogedor, con un personal muy preparado y que transmite la confianza necesaria para dejar a nuestros hijos e hijas en sus manos. Sinceramente agradezco todo el apoyo que el jardín infantil Huerto 18 me brinda y no tan sólo a mí, sino a todas las madres presentes”, sostuvo Karina.

El nuevo jardín infantil Huerto 18 y el inicio del año parvulario

La habilitación de nuevos espacios educativos y la ampliación de cobertura en educación parvularia fueron los aspectos más destacados por las autoridades que encabezaron el inicio de año parvulario: el Intendente Claudio Ibáñez; el Seremi de Educación, Pedro Esparza; y las directoras regionales de Integra y Junji, Carmen Gloria Salamanca y María Angélica Romero, respectivamente.

Porque una de las áreas prioritarias del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet es el fortalecimiento integral de las garantías para el desarrollo de la primera infancia y, en particular, avanzar hacia un sistema de educación parvularia de calidad, pública y gratuita, como derecho social para los niños y niñas.

Precisamente, el jardín Huerto 18 forma parte de estos avances y por ello fue inaugurado en la oportunidad. El establecimiento cuenta con dos niveles de sala cuna y dos niveles medios, para una capacidad de 96 niños y niñas, y significó una inversión de más de $770 millones por parte de Integra, en infraestructura, material didáctico y equipamiento.

El jardín es 100% accesible, en virtud del valor de la inclusión, al que Integra adhiere como institución educativa. “Esto no es solamente la infraestructura, no es solamente un jardín infantil bonito, con materiales y equipamiento de primera calidad, sino también destaco la calidad de quienes trabajan en este jardín infantil, eso es lo que se ofrece a esta comunidad de Pampa Baja con Seminario, comuna de La Serena, como en tantos otros jardines”, agregó Carmen Gloria Salamanca, Directora Regional de Integra, quien hizo un especial reconocimiento al equipo de trabajo, encabezado por la educadora Elizabeth Trigo.

“Estoy feliz de iniciar de esta manera el año parvulario y también de inaugurar nuestro jardín, tan esperado por la comunidad. Entregamos una educación de calidad a todos los niños y niñas del sector y muchos también que vienen de otros lugares, pero que trabajan por acá. Feliz de poder aportar a la educación y de tener a los niños y niñas con nosotros”, remató Elizabeth.