Las familias son el primer educador de los niños y niñas
“Tenemos claridad absoluta que para que los aprendizajes de los niños y niñas mejoren tenemos que incorporar y trabajar con las familias, porque son ellas las primeras formadoras y educadoras de sus hijos”, destacó Patricia Pino, directora de la oficina regional de O´Higgins, sobre el trabajo en conjunto que deben desarrollar los equipos educativos de Integra y las familias, en pos del desarrollo pleno y bienestar de los niños y niñas.
En el marco del Proyecto de Innovación “Primer educador, en busca del desarrollo pleno y felicidad de nuestros niños y niñas”, la directora regional de O´Higgins dio cuenta del desafío que Integra tiene por delante, ya que los niños y niñas que hoy asisten a los jardines infantiles y salas cuna provienen de diferentes tipos de familias, “es importante ver cómo vamos adaptándonos a estas nuevas formas de familia, familias que vienen de otros países, familias que están constituidas por una abuelita, por un tío. Tenemos que mirar nuestro país en un contexto distinto que nos permita incorporar estrategias para trabajar en las diferentes comunidades educativas”.
Al ser la familia el primer educador de un niño o niña es importante que en ese núcleo todo gire en torno al amor y respeto, un niño que es respetado es un niño que aprende a respetar, eso es clave, luego vienen todos los otros aspectos que van a contribuir a que la infancia sea plena.
Asimismo, María Lidia Guzmán, Coordinadora del Área Familia y Comunidad de Integra, recordó que nuestra institución busca garantizar una educación parvularia de calidad, entendiendo que los primeros años de vida son fundamentales para la formación, “por eso promovemos la asistencia a los jardines infantiles y salas cunas, ya que son el lugar donde los niños adquieren habilidades para toda la vida”. Tal como lo señala nuestra Política de Calidad Educativa, trabajamos por fortalecer la participación de las familias en el proceso educativo, potenciando y valorando las habilidades parentales.
En el encuentro, que contó con la participación de trabajadoras de Integra y representantes del Instituto Santo Tomás, también expuso Amanda Céspedes, reconocida neropsiquiatra infantojuvenil, quien hizo un llamado a los presentes a trabajar con las familias desde una nueva mirada: “en primer lugar el encuentro con este público es trascendente, porque mi preocupación como investigadora y trabajadora en el área de la educación es la primera infancia, por ende los insto a trabajar con las familias de una forma sencilla, pero con una base sólida”.
Al ser la familia el primer educador de un niño o niña es importante que en ese núcleo todo gire en torno al amor y respeto, “un niño que es respetado es un niño que aprende a respetar, eso es clave, luego vienen todos los otros aspectos que van a contribuir a que su infancia sea plena. Que duerma las horas que son necesarias, que juegue mucho al aire libre. 70% de las horas que el niño está despierto deberían ser dedicadas a la actividad física al airea libre. Una alimentación saludable y evitar, dentro de lo que sea posible, las fuentes de estrés intrafamiliar. Los padres pueden tener una mala relación entre ellos, pero jamás debe traducirse en gritos y descalificaciones u hostilidades”, afirmó.
El período más importante del ciclo vital de una persona son los primeros cinco años de la vida, insistió Amanda Céspedes, porque “es en ese período donde se desarrollan redes neuronales que son indelebles, es decir, todo lo que aprende el niño para bien o para mal va a ser permanente en su vida y va determinar su conducta y personalidad”.