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Comprometidos con la primera infancia:

Acercando el jardín infantil a la comunidad

Hasta el lunes 30 de abril, un grupo de trabajadoras de Integra estuvo cargo del espacio educativo habilitado en el Estadio Victor Jara, para hijos de migrantes en proceso de regulación de sus documentos.
Por : | 01 Mayo 2018
Acercando el jardín infantil a la comunidad

Son las 8:30 de la mañana en la comuna de Estación Central y en el Estadio Victor Jara, cientos de personas de diversas nacionalidades hacen fila para la regularización de sus documentos. Entre ellos, familias completas con guaguas, niños y niñas, para quienes Integra habilitó, hasta el lunes 30 de abril, un lugar con materiales educativos y un equipo de educadoras, técnicos y profesionales de casa central, comprometido y dispuesto a brindar un espacio protegido y de bienestar a los niños y niñas durante este proceso.

Una experiencia, que como lo dice el equipo, acerca el jardín infantil a la comunidad y las hace vivenciar su rol como agentes de cambio social. “Estoy acá porque me motivó contribuir a la labor comunitaria que hace la Fundación, el poder entregar en este espacio lo que necesitan los niños y ser garante de derechos, darles un espacio porque el lugar que tienen ahí sentados, no es el óptimo. Se aburren, les da sueño, y nosotros tenemos la posibilidad de brindarles un espacio maravilloso y lleno de materiales”, explica Rocío Galleguillos, educadora de párvulos del jardín infantil Bettemburgo de la comuna de Huechuraba.

Junto a Rocío otras dos educadoras, tres agentes educativas y dos profesionales de Casa Central, estuvieron a cargo del espacio, quienes, de acuerdo a las necesidades de las familias, flexibilizaron la atención en términos de horarios y edad de los niños y niñas. “Hemos ido adaptándonos, pero siempre con un sentido de que los niños aprendan y que jueguen”, enfatiza Sandra Nanjari, educadora y profesional de la Dirección de Planificación y Gestión.

Durante un día, se atendía alrededor de 50 niños, concentrándose la mayor parte de ellos en la mañana y por eso el equipo acordó comenzar a funcionar a las 7:30 horas. Algo que sin duda agradecieron las familias, y así se lo manifestaron al equipo: “Hay un asombro por la cantidad de material, por el espacio y por la acogida que les damos. Lucía Boero, profesional de la Dirección de Educación, ha sido para mí un tremendo descubrimiento. Ella habla Creole y eso ha permitido también que las familias que vienen llegando y que integran este espacio educativo se sientan más tranquilas e integradas. Ella les conversa y claramente cuando hay una persona que está hablando tu mismo idioma hay una conexión distinta”, agrega Sandra.

Para el equipo, ha sido una experiencia que valoran y que las conecta con el compromiso de trabajar por una educación parvularia de calidad. La invitación a sus compañeras, dice Rocío Galleguillos, es a que “se arriesguen, que tomen el desafío. Esto es algo muy distinto a lo que hacemos diariamente, pero muy enriquecedor. Hay que aprovechar esas oportunidades y aceptar los desafíos que propone la Fundación, porque todo momento es para el aprendizaje”.

Victor_Jara