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¿Por qué es importante que los niños y niñas asistan al jardín infantil?

Tras las primeras semanas de las y los párvulos en las salas cuna y jardines infantiles del país, es válido preguntar, por ejemplo, el sentido de las dinámicas que realizan. Por ello, desde Fundación Integra revisamos aspectos tras acciones como jugar al aire libre.
Por : | 21 Abril 2023
¿Por qué es importante que los niños y niñas asistan al jardín infantil?

Esta es una escena que, probablemente, se repite en más de algún jardín infantil. En un momento del día, el equipo educativo reúne a niños y niñas para, únicamente, moverse libremente al ritmo de la música. Aquel acto, que puede parecer simple desde la mirada adulta, es fruto de una reflexión pedagógica que tiene un por qué y está orientada a identificar, desarrollar y potenciar sus habilidades.

La primera infancia, o los cinco años iniciales en la vida de niños y niñas, es un momento clave en la formación de las y los párvulos. Por ejemplo, acá es donde aparecen los procesos socioemocionales y cognitivos que darán soporte a los desarrollos intelectuales y culturales futuros. Por ello, es vital que cuenten con espacios físicos, protocolos y profesionales que permitan un desarrollo armónico y sostenido.

En este sentido, María Luisa Orellana, docente de la Facultad de Educación de la Universidad de Los Andes, destaca que “en la sala cuna y jardín infantil están las especialistas en la educación para el nivel, quienes tienen conocimientos pedagógicos en relación a qué experiencias de aprendizaje ofrecer para incentivar que niños y niñas desplieguen su potencial y se desafíen permanentemente. Con las educadoras, los equipos técnicos son la piedra fundamental de los procesos educativos en el nivel”.

La profesional, a continuación, también resalta que en estos establecimientos “se cristaliza el Derecho a la Educación de los niños y las niñas, la cual, de acuerdo a la legislación y los dispositivos de la política que de ésta se desprenden, tiene por objetivo favorecer de manera sistemática, oportuna y pertinente el desarrollo integral y aprendizajes relevantes y significativos en los párvulos, de acuerdo a las bases curriculares, apoyando a la familia en su rol insustituible de primera educadora. Entonces, en concordancia con lo ya descrito, la educación parvularia es central para avanzar en la equidad en educación”.

La sala cuna y jardín infantil, como el primer espacio de socialización, es el lugar donde niños y niñas descubren aptitudes que serán esenciales en su vida, ya sea para vincularse con su entorno, interactuar con sus pares, comunicarse, incorporar el desarrollo matemático, potenciar la creatividad o la imaginación. Estos recintos, por lo tanto, deben respetar las características propias de la niñez, dando un espacio especial al juego y al lenguaje.

Alicia Varela Hidalgo, psicóloga y jefa del Departamento de Promoción y Fonoinfancia, de Fundación Integra, indica que “la experiencia del jardín infantil tiene un impacto transcendental, no solo en el aprendizaje, sino también en el desarrollo integral de las niñas y niños que asisten a estos establecimientos, ya que su desarrollo integral contempla los diferentes ámbitos de la vida: cognitivo, físico, social, valórico y emocional”.

“Los niños y niñas aprenden holísticamente, siendo este rasgo la base de todas las actividades que se planifican e implementan en los establecimientos parvularios. Por ejemplo, a través de prácticas del ámbito socio emocional se aproximan al arte, la música, experiencias motoras y sensoriales significativas (gatear, saltar, correr, entre otras), además de la percepción de formas y colores, sabores, olores y texturas, siempre bajo la lógica del juego libre y espontáneo”, complementó la especialista.

Jugando a jugar

Postular que el aprendizaje de los niños y niñas tiene como base el juego, es una empresa de largo aliento y de constante evolución. Implica, entre otros factores, estudiar, adaptar e incluso modificar protocolos ya probados, buscando así responder a las nuevas exigencias pedagógicas sin olvidar que las y los párvulos protagonizan su propio desarrollo.

Ela Valladares Reyes, coordinadora de la Unidad de Políticas y Proyectos de Educación de Fundación Integra, lo ejemplifica así: “Cuando se plantea realizar un juego de roles, imitando situaciones de la vida real, lo que hacemos es ayudar a que formen una imagen del mundo que les rodea, propiciando el desarrollo de habilidades para que manifiesten lo que ocurre en este mundo: cómo lo ven y cómo interactuar con sus pares en ese contexto”.

Algo similar ocurre si las y los párvulos son incluidos en celebraciones comunitarias. Que participen en estos eventos les aporta herramientas para que se sientan parte de su familia y de su jardín, pasando así a ser miembros de un grupo o comunidad más amplia, donde comparten valores como la cooperación, el diálogo, el reconocimiento y el respeto.

“Otro claro ejemplo es cuando niños y niñas exploran la naturaleza y juegan al aire libre. Acá, se pone a disposición de ellos/as experiencias no disponibles en el interior del aula. Pueden vivenciar las vistas, sonidos, las condiciones del clima o la temperatura. También, pueden utilizar materiales al aire libre y jugar ruidosamente (o de forma tranquila si lo prefieren), desplegando su corporalidad y moverse libremente”, indicó Valladares.

Los primeros educadores

El desarrollo que niños y niñas alcanzan durante su asistencia a la sala cuna y jardín infantil, también impacta de forma directa en las familias. El hecho que concurran de forma regular, contribuye a que tanto el establecimiento como las y los adultos que forman parte de la comunidad educativa, se transformen en una valiosa red de apoyo para madres, padres y/o cuidadores, quienes son los llamados a ser los primeros educadores.

Por ello, la mirada de la academia cobra una especial importancia, tanto por su aporte presente como los desafíos futuros. María Luisa Orellana, asegura que “la educación parvularia se construye de manera colectiva con los integrantes de cada comunidad educativa, actores que por diversos motivos en los últimos tiempos se han distanciado, debilitándose las confianzas fundamentales para favorecer procesos enriquecidos de aprendizaje, en favor de los niños y las niñas, lo cual requiere un trabajo focalizado, orientado al reconocimiento, valoración, la sana convivencia y la colaboración”.

“Hoy es fundamental la actualización de los equipos educativos, acorde a la robustez normativa y curricular que ha ido adquiriendo paulatinamente el nivel. Sin duda, es una urgencia generar instancias de formación continua con impacto en la práctica pedagógica que se haga cargo de la intensa proliferación de normas y dispositivos curriculares, los cuales establecen principios y énfasis que determinan la calidad de la educación”, cerró la docente.

Lo que las y los párvulos desarrollen, exploren y descubran durante su paso por la sala cuna y jardín infantil, será el piso desde el cual, con el paso de los años, otras aptitudes dirán presente, las que podrán, por ejemplo, mostrar a otros pequeños y pequeñas que bailar de forma libre al ritmo de la música, les permitirá conectar con habilidades impensadas.

Fundación Integra, con 32 años de experiencia, es uno de los principales prestadores de educación parvularia en el país, con más de 1.200 jardines infantiles y salas cuna gratuitos, a los que asisten más de 85 mil niños y niñas en todo Chile.