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Región de La Araucanía

Un jardín bajo las araucarias

Veranadas Pehuenche es el nombre de la modalidad no convencional de Integra que da continuidad al programa educativo de los niños y niñas pehuenche que se trasladan junto a sus familias a la precordillera de Lonquimay para recolectar piñones y alimento para los animales.
Por : | 22 Enero 2016
Un jardín bajo las araucarias
Veranadas Pehuenche es el nombre de la modalidad no convencional de Integra que da continuidad al programa educativo de los niños y niñas pehuenche que se trasladan junto a sus familias a la precordillera de Lonquimay para recolectar piñones y alimento para los animales.

En un paisaje de ensueño, que mezcla el verde de los bosques nativos con el cristalino azul del cielo, lejos del ruido y las multitudes, 12 educadoras de los jardines Maillén del Traile, El Naranjito y Los Piñoncitos dan continuidad al programa educativo de los niños y niñas pehuenche del sector rural de Lonquimay, que entre los meses de enero y marzo se trasladan junto a sus familias a la precordillera para recolectar el piñón.

Se trata de la modalidad no convencional de Integra Veranadas Pehuenche, cuya temporada 2016 fue inaugurada oficialmente este 22 de enero por la Directora Sociocultural de la Presidencia, Paula Forttes; la Directora Ejecutiva de Integra, Oriele Rossel, y el Intendente de la región de la Araucanía, Andrés Jouannet.

“Las veranadas pehuenche de Integra son un ejemplo de como la educación de calidad debe ser inclusiva, donde otorguemos a cada niño y niña por igual las oportunidades y recursos para lograr su desarrollo pleno y aprendizajes significativos. Una educación en la que se propicie la pertinencia y que nos permita a través de la diversidad cultural enriquecer nuestra sociedad”, dijo la Directora Ejecutiva de Integra, Oriele Rossel.

Presentes desde 1994, en las Veranadas Pehuenche las familias son las protagonistas. Semana por medio, en cinco puntos de encuentro distintos de la cordillera, éstas y el equipo educativo desarrollan junto a los niños experiencias de aprendizajes vinculadas a las antiguas tradiciones de nuestros pueblos originarios, como el hilado en huso o la fabricación de la harina proveniente del piñón.

Un jardín bajo las araucarias, que con los mismos materiales educativos de uno convencional, una alimentación balanceada y sobre todo, con la entrega y dedicación de las familias y el equipo educativo, hace realidad el sueño de que más niños y niñas en Chile tengan acceso a una educación parvularia de calidad, a través de una experiencia única en el país

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