Intranet Integra

“Es maravilloso, estoy muy feliz” reconoce Jimena Pérez, directora de la sala cuna y jardín infantil Sagrada Familia de Pudahuel, luego de que su establecimiento fuese escogido por Integra y la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles (FOJI) para la implementación del primer programa de iniciación musical temprana Mi Orquesta en el Jardín.

La iniciativa beneficia a 60 niños de los niveles medios (3 a 5 años) y 20 de sala cuna (desde los seis meses), a través de una metodología lúdico / educativa, aplicada por profesionales de FOJI y que incorpora instrumentos de percusiones, violín y violonchelo, además de la participación activa de los padres en el caso de los lactantes.

El director ejecutivo de Integra, José Manuel Ready, puntualizó que “impulsar el desarrollo artístico desde la sala cuna ayuda a que los niños accedan de manera más fina y robusta al mundo del lenguaje, el cual los acompañará el resto de la vida. Trabajar las habilidades cognitivas específicas como la atención auditiva y la memoria de trabajo permite a los niños extraer con mayor facilidad un mensaje oral, incluso en medio de otras voces, facilitando así el aprendizaje en aula”.

La directora ejecutiva de FOJI, Alejandra Kantor, reforzó el rol de la música como una herramienta de desarrollo social “que ha transformado la vida de muchos niños y niñas. A través del trabajo en nuestras orquestas infantiles y juveniles y del programa “Mi Orquesta en el Jardín”, no podemos estar más alineados con uno de los pilares del gobierno del presidente Piñera, que es poner a los niños primero en la fila”.

La iniciativa beneficia a 60 niños de los niveles medios (3 a 5 años) y 20 de sala cuna (desde los seis meses), a través de una metodología lúdico / educativa, aplicada por profesionales de FOJI y que incorpora instrumentos de percusiones, violín y violonchelo, además de la participación activa de los padres en el caso de los lactantes.

Las autoridades detallaron, además, que el proyecto incluyó la compra de instrumentos de un tamaño especial y adaptado a las necesidades de cada niño y el nivel educativo que asistan.

Pese a solo llevar unas semanas de marcha blanca, el programa ya muestra sus primeros frutos. De personalidad tímida, León Paredes (3 años) se transforma al ingresar a la sala de música. Con baqueta en mano sorprende al marcar a la perfección el ritmo de “Salta el pollín”.

“Él, y un par de casos más, considero que son los más avanzados. Desde un principio León ha mostrado mucho interés por la música. Tiene una habilidad bastante desarrollada”, destacó Tomás Moreno, instructor de percusión.

La instructora de violín, Carlet Conde, explicó que una de las claves de la buena acogida en los niños se debe al método Colourstrings, creado por el exitoso músico húngaro Géza Szilvay. “Cada cuerda tiene un color y cada color, a su vez, representa un personaje para que a ellos se les grabe. Entonces el pajarito es la cuerda MI, la mamá es LA, el papá es RE y el oso la cuerda SOL. Porque si les dices toca la cuerda LA, no van a saber cuál es, por eso se pone un personaje y eso está basado en el método”, detalló.

En ese aspecto, la orgullosa directora del Sagrada Familia, Jimena Pérez, comentó “hay niños que dentro del aula no hablan. Sin embargo, en la clase de música cantan todo el rato, se saben las canciones y vienen motivados, ahí se nota el avance en lenguaje. Y en cuanto a lógica y matemáticas igualmente, porque los niños conocen las cuerdas de los instrumentos por sus colores y eso lo aplican después en el aula”.