¿El Viejito Pascuero existe? Así puedes responder una de las preguntas más importantes de la Navidad

En diciembre, niñas y niños se llenan de ilusión y emoción con la llegada de la Navidad. Para ellas y ellos es un mes mágico, en especial cuando aparece el Viejito Pascuero con sus trineos y ayudantes, repartiendo regalos por todo el mundo.

Independiente de nuestras creencias y de la forma en que celebremos estas fechas, este tipo de “personajes” (también el conejo de pascua, hada o ratón de los dientes) nos permite acercarnos al mundo de niñas y niños desde su propio lenguaje: la fantasía. Y desde ahí, potenciar la relación de complicidad que tengamos con ellas y ellos, reforzar valores que queremos inculcarles, por ejemplo, generosidad, entrega, inclusión, amor y generar recuerdos significativos de su niñez.

Si notamos que niñas y niños mantienen la ilusión de su existencia, podemos contestar manteniendo sus creencias y fantasías…

A medida que niñas y niños crecen, de manera natural empiezan a cuestionar la existencia del Viejito Pascuero, pues el pensamiento mágico y simbólico que es propio de la niñez –y a través del cual se han aproximado y comprendido el mundo– deja de tener un lugar central, dando paso a un pensamiento lógico y racional que les permita diferenciar la fantasía de la realidad, necesitando tener respuestas concretas y comprobar sus hipótesis.

Por esto, es importante que la existencia del Viejito Pascuero se base en explicaciones simples y coherentes, de acuerdo a su nivel y etapa de desarrollo, pero, ¿qué hacer cuando niñas y niños nos preguntan si existe?

Antes de responder, es necesario entender desde dónde surge la pregunta, lo que piensan y necesitan saber, pues es importante respetar su tipo de pensamiento y acompañarlas/os en sus reflexiones.

Mientras nos percatemos de que sigue en ellas y ellos la ilusión de su existencia, podemos contestar manteniendo sus creencias y fantasías, asumiendo que hay cosas que pueden ser difíciles de explicar (por ejemplo, que el Viejito Pascuero visite todas las casas del mundo, por qué nunca lo ven dejando regalos, por qué pueden ser varios en un mismo lugar, etc.)

Asimismo, podemos empezar a anticiparles que, independiente de su existencia, el Viejito Pascuero sí existe en nuestros corazones, para que los valores que inculcamos con su imagen sigan presentes. Finalmente, y como diría El Principito: lo esencial es invisible a los ojos y solo se ve con el corazón.

Carolina Diez Pastene
Supervisora del Departamento de Promoción y Fonoinfancia,
Dirección de Promoción y Protección de la Infancia, Fundación Integra.

Carta al Viejito Pascuero: una invitación para reconectar con el sentido profundo de la navidad

Diciembre es, sin duda, un mes particular. Al ser el último del año, pueden aparecer inquietudes en torno a lo que implica la finalización y/o evaluación de un ciclo, cansancio acumulado, preocupaciones por los gastos en las celebraciones de fin de año, o incluso pueden asomar señales de estrés por los cambios en las rutinas familiares (niñas y niños salen de clases y hay que pensar qué hacer con ellas y ellos durante las vacaciones), entre otras.

En este contexto, es esperable que las y los adultos sigamos funcionando en modo “piloto automático” y no nos detengamos a reflexionar, en el sentido profundo de esta celebración y cómo nuestro estado emocional, pensamientos, preocupaciones y/o acciones pueden incidir en el bienestar integral de niñas y niños.

¿Tenemos tiempo o nos damos el tiempo para pensar cómo nuestra visión y/o construcción de la vida puede repercutir en cómo las niñas y niños van significando su realidad y el mundo?; ¿nos detenemos a identificar qué valores y creencias les transmitimos según nuestra forma de relacionarnos con ellas y ellos?; ¿cuál es el “legado” que queremos regalarles?

Son muchas las preguntas que aparecen al finalizar un ciclo, pero más que seguir cuestionándonos, la invitación es a pensar cómo una celebración podría darnos la oportunidad de mirar y re mirar cómo estamos criando a niñas y niños y, a partir de ahí, escribir junto a ellas/os una nueva carta para el viejito pascuero.

Al recordar mis propias cartas para el viejito pascuero o escuchar las letras que canta mi hija sobre el tema hay un factor común: todo está centrado en la evaluación que hacemos del comportamiento humano y cómo esto determina el tipo de persona que “somos” (como si esto fuera algo perdurable e inalterable) y, en consecuencia, el tipo de regalo que “merecemos”. Quizás este ejercicio puede resultar “inofensivo”, pero, sabemos cómo esto repercute en la vida de niñas y niños.

Para entender cómo lo que creemos, decimos y hacemos impacta en la vida de niñas y niños, es necesario no sólo considerar la etapa del desarrollo en la que se encuentran, sino que también conocer sus características particulares, deseos, miedos, sueños, pensamientos, preocupaciones, alegrías y tristezas.

Sabemos que en la niñez el mundo de las fantasías es algo natural. De hecho, en la medida que niñas y niños aprenden a hablar van comunicándonos sus fantasías, miedos y deseos, y en las interacciones con otras y otros (pares o adultas/os) van creando su propia realidad y construyendo su propia identidad. Si ante lo fantástico que puede resultarles creer en el viejito pascuero, lo que hacemos es condicionar sus tan esperados y deseados regalos al cómo se comportaron durante el año y a lo que hacen o dejan de hacer (“si te portas mal el viejito no te va a traer nada” (…) “Si te portas bien el viejito te traerá regalos (…) “Acuérdate que el viejito pascuero está mirando cómo te portas”), ¿qué es lo que verdaderamente les estamos enseñando?

Lamentablemente, lo que sin querer les enseñamos con esas frases es que su condición y cualidad de ser humano depende sólo de su comportamiento, que el amor y la aceptación de cómo son se relaciona estrechamente con el regalo que reciben, que el amor es sinónimo de premio o castigo, que hay que comportarse de cierta manera para conseguir cosas. Preguntémonos, entonces, ¿es esa la carta que queremos escribir este año con ellas y ellos?

Este año, te invitamos a cambiar la mirada, a incentivar las fantasías de niñas y niños, a acompañar sus preguntas, explicaciones y formas de ver el mundo, a escuchar y respetar sus deseos y a mirar el mundo desde sus creencias. Para acompañarte en esto y otras temáticas, te invitamos a contactarte con Fonoinfancia de lunes a viernes de 08:30 a 19:00 horas, llamando al 800200818 o chateando en www.fonoinfancia.cl

 Por: Carolina Diez Pastene, psicóloga, supervisora del Programa Fonoinfancia.