Preparándonos para el primer día de jardín

Durante los primeros años de vida, los niños y las niñas se enfrentan a importantes cambios que forman parte de su desarrollo y aprendizaje, uno de ellos es la adaptación al jardín infantil o al colegio. Por eso, el llanto de los niños, la angustia en los padres y la preocupación de los educadores, son escenas que se repiten al inicio del año parvulario.

Fonoinfancia, servicio gratuito de atención psicológica de la Fundación Integra (800 200 818 o www.fonoinfancia.cl), explica que la adaptación es el proceso en que el niño se acomoda a las condiciones de su entorno, y en este caso él debe modificar su comportamiento para integrarse al nuevo escenario.

Este cambio contempla nuevos horarios de sueño, normas y tipos de alimentación. Además, algunos niños por primera vez se separarán de sus padres o cuidadores por un largo período de tiempo.

Al salir del jardín infantil, nunca se esconda ni salga arrancando, hágalo de manera natural y afectuosa, explíquele que se irá, pero que volverá más tarde a buscarlo.

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Para evitar que estos cambios afecten las emociones, el desarrollo y el aprendizaje de los niños, los psicólogos de Fonoinfancia nos recomiendan:

 Visite el jardín infantil o la sala cuna al que asistirá su hijo o hija antes del inicio del año parvulario. Recorra todos los espacios educativos y explíquele con palabras simples y una mirada positiva que este será el lugar donde jugará, se divertirá y conocerá a sus nuevos amigos.
♦ Presente a su hija al equipo educativo que la acompañará durante la jornada educativa.
♦  Días previos al primer día de jardín infantil adapte los horarios de alimentación y sueño, según lo definido por el establecimiento, para evitar cambios bruscos de rutina.
Permita que su hijo o hija lleve su juguete favorito y promueva que se lo presente al equipo educativo. Recuerde que este es un objeto de apego que le entrega seguridad.
Evite traspasar miedos y aprensiones a sus hijos. Si se muestra seguro y tranquilo, será más fácil para ellos/as.
Cuando el niño o la niña lo requiera, es posible sugerir al apoderado que lo acompañe durante un momento de la jornada. El tiempo de permanencia del adulto se podrá disminuir gradualmente a medida que el niño se sienta más seguro y confiado.
Acepte y respete los sentimientos del niño o niña, validando la expresión de sus emociones. En este sentido, es importante contenerlos sin reprochar el llanto, posibles “pataletas” u otras reacciones, ayudándolo a recuperar la calma por medio del cariño y la comprensión.
Al salir del jardín infantil, nunca se esconda ni salga arrancando, hágalo de manera natural y afectuosa, explíquele que se irá, pero que volverá más tarde a buscarlo.
Genere instancias de intercambio de información acerca de los procesos importantes para los niños y niñas con el equipo del jardín, como el inicio o progreso asociado al control de esfínter, la evolución de enfermedades o tratamientos médicos.

Pueden comunicarse gratuitamente con el servicio de orientación psicológica Foninfancia al teléfono 800 200 818 o en el chat disponible en www.fonoinfancia.cl. Su horario de atención es de lunes a viernes, entre las 08:30 y las 21:00 horas.

Integra pertenece a la Red de Fundaciones de la Presidencia de la República. Con 29 años de experiencia, es la red más grande de salas cuna y jardines infantiles del país con más de 1.200 establecimientos gratuitos, a los que asisten más de 92 mil niños y niñas en todo Chile.

¿Cómo prepararse para el primer día de jardín infantil?

Hay una escena que se repite todos los años al llegar marzo en los jardines infantiles y salas cuna de todo el país: llantos, caras de tristeza y ansiedad. Para que los primeros días de los niños y las niñas no resulten traumáticos y sean un proceso natural de transición del núcleo familiar al jardín infantil conversamos con María Lidia Guzmán, coordinadora de Familia y Comunidad de la Dirección de Educación de Fundación Integra, quien nos entregó algunas recomendaciones para apoyar a los niños durante el proceso de adaptación y nos recordó que son los adultos los responsables de entregar herramientas de socialización afectiva.

“El ingreso a la sala cuna y jardín infantil es la primera conquista de un mundo diferente a la familia, extraño y ajeno, por lo que el niño requiere un especial apoyo, que considera extra paciencia. Los cambios importantes en la vida requieren tiempo de elaboración, y los adultos tenemos que respetarlos y acompañarlos”, aclara la profesional.

Prepare esos primeros días

Una manera de evitar el rechazo y disminuir la ansiedad y temores es planificar un acercamiento gradual al jardín infantil. “Como algunos autores dicen, es importante que el jardín “huela a madre”, es decir que sea familiar para el niño o niña. Esto es una invitación a que los apoderados y adultos responsables acompañen el primer día e incluso antes a conocer el jardín, recorrerlo e interactuar con el equipo educativo. Los padres y apoderados debieran, en la medida de lo posible, darse el tiempo de ir con los niños al jardín, mostrarle los nuevos espacios en que jugarán y presentarle a los adultos que los acompañarán, guiarán y cuidarán”, explica María Lidia.

Consejos para esos primeros días

♦ Visite el establecimiento con su hijo, recorra los patios y salas con él y explíquele con palabras simples -que será el lugar donde jugará y conocerá a sus nuevos amigos.

♦ En la primera visita al jardín infantil, preséntele al equipo educativo.

♦ Durante una semana antes del inicio del año parvulario, adapte los horarios y rutinas de alimentación y sueño del niño a los que se tendrá en el jardín infantil y sala cuna.

♦ Converse con el niño de lo que ocurrirá los primeros días de asistencia al jardín infantil, con énfasis en las experiencias positivas que vivirá.

♦ Permita que su hijo o hija lleve su juguete favorito y promueva que se lo presente a los adultos que los cuidarán.

♦ Al despedirse del niño, hágalo de manera natural y afectuosa, explíquele que se irá, pero que volverá a buscarlo. Nunca se esconda, ni salga arrancando

La comunicación es clave

Para que el proceso de adaptación se desarrolle con naturalidad es fundamental que exista una fluida comunicación entre el equipo educativo y la familia. Por esto, la profesional aconseja que los padres informen a las educadoras de los aspectos relevantes que les permitan conocer mejor y tratar con cercanía al niño, “tanto las educadoras de párvulos como las técnicos en educación parvularia están preparadas para apoyar a los niños y las niñas durante el proceso de adaptación”, asegura Maria Lidia. Por eso se recomienda mantener una comunicación fluida con el equipo educativo y pedir información sobre el comportamiento del niño al retirarlo, ya que algunos pequeños socializan fácilmente y se adaptan rápidamente a los nuevos espacios y a las personas, pero otros pueden necesitar más tiempo.

Lo importante es saber escuchar los mensajes que el niño envía y respetar sus tiempos, asegura la coordinadora de Familia de la Dirección de Educación de Fundación Integra, María Lidia Guzmán, y agrega que “el acompañamiento no solo es presencial. Una vez que el niño está en el hogar hay que preguntarle sobre su día en el jardín infantil y dejarlo que se explaye al relatar sus experiencias. Si el niño todavía no habla hay que observar si hay cambios en su comportamiento”.

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Despedidas y reencuentros

La separación, a veces, es un proceso más duro y complejo de vivir para los padres que para los niños. Al respecto, la profesional de Fundación Integra, reconoce que es natural que los padres tengan un sentimiento de culpabilidad o nerviosismo frente al primer día de jardín infantil o sala cuna de sus hijos, “lo recomendable siempre es mantener la calma, mostrando seguridad y confianza. La despedida debe ser un proceso natural y afectuoso, donde le explique que se irá, pero que volverá a buscarlo a una hora determinada. Nunca se esconda, ni salga arrancando”, afirma.

Un bastón emocional

Durante los procesos de adaptación, también es natural que los niños necesiten objetos afectivos que utilizan como un bastón emocional. “Permita que su hijo presente su pelota, muñeca o robot a otros adultos, de esta manera ellos se sentirán más seguros y confiados. Estos objetos transicionales (juguetes para los niños) forman un puente entre los padres y los primeros amigos”, explica María Lidia.

Integra pertenece a la Red de Fundaciones de la Presidencia de la República. Con 28 años de experiencia, cuenta con más de 1.230 salas cuna y jardines infantiles gratuitos a los que asisten más de 91 mil niños y niñas en todo Chile.

¿Cómo prepararnos para el primer día de jardín?

Marzo está a la vuelta de la esquina; comenzamos a despedir las vacaciones mientras que muchos niños se preparan para ir por primera vez al jardín infantil o al colegio. Se trata de un hito socialmente muy importante, que exige a los niños y niñas incorporarse repentinamente a una cultura distinta a la vivida por años, lo que representa importantes desafíos.

Es fundamental que los niños y niñas puedan vivir esta transición de forma positiva, gratificante y como una oportunidad para aprender de manera entretenida a través de juegos y nuevas experiencias.

Este proceso impacta a todo el entorno del niño o niña, por lo que la familia es un participante activo y esencial de esta transición. Es por ello que Integra, con 27 años de experiencia entregando educación parvularia de calidad en más de 1.200 jardines y salas cuna en todo Chile, comparte algunas recomendaciones para que la familia pueda apoyar la transición desde el jardín infantil a la escuela o desde el hogar al jardín infantil.

¿Cómo podemos acompañar a nuestros hijos e hijas en esta transición?

– Hable con el niño o niña sobre las nuevas experiencias que vivirá, con una mirada positiva al cambio, explíquele que tendrá nuevos amigos y aprenderá cosas nuevas.

Lleve a su hijo a conocer el jardín o colegio. Es una buena manera de acercarlo a esta nueva etapa: muéstrele su sala, el baño y los juegos para que se sienta más seguro.

Los hábitos y horarios de alimentación y sueño se modifican con la entrada al colegio o al jardín infantil. Es importante adecuarlos con anterioridad para evitar un cambio drástico en las rutinas diarias.

Una vez que el niño o niña comienza a ir, recomendamos que la asistencia sea lo más continua posible.

No le mienta, ni salga a escondidas de la sala. Explíquele que se irá, pero que volverá a buscarlo más tarde.

Evite traspasarle sus miedos y aprensiones. Si se muestra seguro y tranquilo, será más fácil para ellos/as.

Al igual que un adulto, un niño se puede poner nervioso ante los cambios. Por eso, respete sus sentimientos y la forma de expresarlos. Es importante contenerlos, sin reprochar el llanto, “pataletas” u otras reacciones. Ayúdele a recuperar la calma por medio del cariño y la comprensión.

Cuando el niño o niña lo requiera, es posible sugerir al apoderado que lo acompañe durante un momento de la jornada. El tiempo de permanencia del adulto se podrá disminuir gradualmente, a medida que el niño o niña se sienta más seguro y confiado.

Generar instancias de intercambio de información acerca de procesos importantes para los niños y niñas con el equipo del jardín, tales como modificaciones en la alimentación, inicio o progresos asociados al control de esfínter, evolución de enfermedades o tratamientos médicos, etc.