Jardines infantiles de Integra en O’Higgins reciben material didáctico inclusivo de Senadis

Cojín sensorial que promueve la calma, autorregulación, atención y concentración; pelota medicinal que facilita la estimulación sensorial, coordinación motriz gruesa y equilibrio; paracaídas sensorial que fomenta el trabajo en equipo, resolución de conflictos y planeación ideomotora; y espejos que permiten identificar el estado de ánimo de forma individual y autónoma, son parte del material didáctico que recibieron 12 jardines infantiles de Fundación Integra.

Esto como parte del Programa de Atención Temprana, PAT, 2022-2023, que Senadis ejecuta en establecimientos que cuentan con niños y niñas, menores de seis años, con discapacidad. El objetivo es contribuir a la inclusión social y equiparación de oportunidades, procurando el acceso a los sistemas de educación regular (que incluye la educación parvularia), salud y bienestar social a través de asesoría, apoyo técnico y coordinación del territorio con diferentes actores.

“Este material es un aporte al trabajo que Fundación Integra realiza y que va a permitir que los jardines beneficiados puedan realizar una labor más minuciosa, acorde a los tiempos que estamos viviendo. Hoy los niños y niñas necesitan y reciben diferentes estímulos, por lo que este material, de algún modo, les permitirá canalizar esas energías”, señaló la directora regional de Senadis, María Eliana Urquizar.

Por su parte, Alejandra Toro, jefa de Calidad Educativa de Fundación Integra, sostuvo que “desde el año 2012 hemos estado trabajando con Senadis, son muchos años de experiencia, donde el foco siempre ha estado en el fortalecimiento de nuestras comunidades educativas a través de la inclusión. Estamos comprometidos con ese trabajo, así lo plasma nuestra Carta de Navegación, debemos generar planes de acción que nos permitan valorar y responder positiva y adecuadamente a la diversidad de niños, niñas y sus familias”.

Son cerca de 100 niñas y niños de los jardines infantiles Bam Bam (Mostazal), San José Obrero (Rancagua), Zancudín (Chépica), Santa Ana (Palmilla), Los Almendritos (San Vicente), Trencito de Sueños (San Vicente), Los Cachorritos (San Vicente), El Molino de Colores (Rancagua), Sol del Valle (Machalí), Peumayén (Requínoa), Codegua Centro (Codegua) y Diego Portales (Rancagua), los beneficiados.

Para Ximena Donoso, directora del jardín infantil Santa Ana de Palmilla, “este programa ha sido muy beneficioso tanto para el equipo como para las familias y los niños y niñas. Las estrategias para trabajar con ellos han sido valoradas al interior del establecimiento, pues es lo que necesitábamos. Sin duda, es un gran aporte”, afirmó.

De esta manera, Fundación Integra continúa avanzando en la entrega de una educación de calidad, oportuna y pertinente a las necesidades e intereses de los niños y niñas, aportando a una mejor educación parvularia y contribuyendo como fin último en la construcción de una sociedad y un país más justo y democrático.

Con 32 años de experiencia y más de 1.200 salas cuna y jardines infantiles gratuitos en todo el país, Fundación Integra trabaja para lograr el desarrollo integral, bienestar y aprendizajes significativos de niños y niñas, poniendo a su disposición espacios educativos diversos, estimulantes y de calidad.

Jardín infantil Josefina Braun participa de fiesta de Navidad en centro penitenciario de Punta Arenas

Los niños, niñas y las familias del jardín infantil Josefina Braun visitaron las dependencias del Centro Especial de Adiestramiento Canino (CEAC) de Gendarmería de Chile. El equipo educativo del establecimiento lideró la actividad que tuvo por objeto celebrar una Navidad con sentido.

Los párvulos se mostraron muy contentos con esta celebración, donde disfrutaron de un desayuno saludable y de regalos otorgados por los funcionarios y funcionarias de Gendarmería.

Desde el año 2019 el jardín infantil realiza una colaboración permanente con la institución penitenciaria, por esto la educadora de párvulos y directora jardín infantil, Angélica Saldivia, agradeció la oportunidad brindada por Gendarmería de Chile, “y el gran compromiso que tienen con nuestro jardín y todas nuestras actividades ya que la institución apadrina a nuestro jardín desde hace varios años, fortaleciendo el vínculo con la primera infancia de nuestra comuna”.

Con más de 32 años de experiencia, Fundación Integra es la red más grande de salas cuna y jardines infantiles del país con más de 1.200 establecimientos gratuitos, a los que asisten más de 90 mil niños y niñas en todo Chile.

“Sueño con un Chile que valore y proteja la infancia”

Marcia Olhaberry es psicóloga y licenciada en psicología de la Universidad Chile y Doctora en Psicoterapia de la Pontificia Universidad Católica de Chile y de la Universidad de Heidelberg. Actualmente, forma parte de los claustros académicos del Programa de Doctorado en Psicoterapia y del Programa de Magíster en Psicología Clínica UC. Es la representante de la Sra. Marcela Cornejo Cancino, Directora de Escuela de Psicología de la UC, en Consejo Nacional de Fundación Integra.

Como consejera, Marcia señala que puede compartir conocimientos desde su disciplina, principalmente, desde la mirada de la salud mental, el desarrollo, la parentalidad y los vínculos tempranos.

Desafíos en torno a las infancias: “Generar condiciones laborales adecuadas y de formación continua para quienes trabajan directamente con niños/as, otorgando el valor que estas labores tienen para toda la sociedad”.

 ¿Cuáles cree que son las funciones más relevantes que cumplen los consejeros y consejeras de Fundación Integra, pensando en el bienestar de niñas y niños?

El Consejo Nacional a los directivos de la Fundación Integra desde su trayectoria profesional y conocimiento basado en la evidencia. También contribuye a la toma de decisiones informadas en torno al diseño, implementación y evaluación del proyecto educativo. Otras funciones relevantes son: velar por la calidad de la educación preescolar desde una mirada integral, inclusiva y respetuosa de las necesidades infantiles y familiares; enfatizar la relevancia de las experiencias interaccionales y los contextos en que estas ocurren durante la primera infancia, y por tanto de la calidad de la educación preescolar, para el desarrollo y la salud mental infantil, así como para el retorno de la inversión que realiza el Estado (la evidencia muestra que es mayor en esta etapa que en etapas posteriores de la vida); promover en la toma de decisiones una mayor equidad y oportunidades desde la primera infancia, tanto para preescolares y sus familias como para quienes trabajan en la Fundación; contribuir a resguardar condiciones dignas de trabajo para quienes realizan labores de servicio, técnicas y profesionales en la fundación; y velar por procesos transparentes y ajustados a las necesidades de la Fundación y sus usuarios en las licitaciones y asignación de recursos.

 ¿Por qué es importante que exista el Consejo y qué valor le entrega al hecho que sea integrado por miembros con diferentes miradas (tanto del mundo académico, como representantes del Estado)?

Permite recoger miradas de la primera infancia y la educación preescolar desde distintas disciplinas, enriqueciendo la comprensión de esta etapa. Favorece, además, el diálogo entre la academia, la evidencia científica y las políticas públicas, intentando acortar la brecha entre “lo que se sabe y lo que se hace” en la educación de los/as niños/as entre 3 meses y 4 años.

“Sueño con un Chile que valore y proteja la infancia, que tome conciencia de los primeros años de vida como un “período crítico” que requiere atención y cuidados específicos”.

¿Qué importancia tiene para usted integrar este Consejo?

Lo considero una oportunidad para impactar positivamente desde el conocimiento de mi disciplina y mi trayectoria profesional, la toma de decisiones orientadas a asegurar una educación preescolar integral y de calidad para las niñas, niños y familias de menores ingresos en nuestro país.

¿Qué espera realizar como Consejo durante estos cuatro años?

Contribuir con conocimientos desde la psicología infantil y la evidencia sobre desarrollo y relaciones familiares tempranas para promover la calidad de la educación preescolar. También espero favorecer redes de colaboración entre académicos UC con experiencia en primera infancia y la Fundación.

¿Cómo sueña el Chile de las y los niños?, ¿cómo los consejeros/as y usted en particular, pueden aportar a realizar esa visión?

Sueño con un Chile que valore y proteja la infancia, que tome conciencia de los primeros años de vida como un “período crítico” que requiere atención y cuidados específicos, que logre desarrollar políticas de Estado que permitan definir objetivos a largo plazo y cambios sustantivos para los niños/as en educación, salud, calidad de vida y oportunidades, más allá de los intereses de cada gobierno durante su período de ejercicio.

Como consejera puedo compartir conocimientos desde mi disciplina, principalmente, desde la mirada de la salud mental, el desarrollo, parentalidad y los vínculos tempranos.

¿Cuáles son, a su juicio, los principales desafíos hoy en día en torno a las infancias?

Entre estos desafíos, se encuentran lograr mayor igualdad de oportunidades para todos los niños/as que viven en Chile en salud, educación y derechos básicos que permitan un desarrollo saludable y la expresión de sus potencialidades. Desinstitucionalizar la infancia vulnerada, generando programas de apoyo a las familias, con familias de acogida entre otras estrategias. La evidencia muestra que la institucionalización no da buenos resultados y favorece nuevas vulneraciones.

También, considero clave brindar mayor apoyo a los cuidadores primarios durante la crianza temprana, entendiendo que durante los primeros años se construyen las bases de los años siguientes y es muy difícil criar en contextos carenciados (bajos ingresos, empleos precarios, condiciones de vida desfavorables, bajo acceso a prestaciones en salud mental entre otros). Se requiere incluir la noción de trauma y transgeneracionalidad para comprender las dificultades y fallas de madres/padres que fueron en su infancia también niños/as vulnerados, que no recibieron apoyo y no pudieron elaborar sus propias historias.

Debemos avanzar en una mayor cobertura de atenciones en salud mental y creación de prestaciones desde el nacimiento en adelante incluyendo a los cuidadores primarios. La salud mental sigue siendo uno de los aspectos que hay que resguardar en infancia, por eso tenemos que visibilizar el sufrimiento psicológico de los niños/as y generar alternativas de atención diádica y tríadica junto a sus cuidadores. Tratar tempranamente permite cambio en tiempo acotado y la prevención de problemas de salud mental y del desarrollo de otros de mayor   envergadura.

Finalmente, se requiere mayor inversión y cuidados durante el período periparto, dado que constituye un momento de alta vulnerabilidad tanto para el niño/a como para su madre y las/os cuidadores primarios, así como crear políticas de estado (a largo plazo) a favor de la protección, el cuidado y las condiciones necesarias para un desarrollo infantil saludable y generar condiciones laborales adecuadas y de formación continua para quienes trabajan directamente con niños/as, otorgando el valor que estas labores tienen para toda la sociedad.

“Una sociedad que se ocupa de sus niños y niñas es una sociedad sana”

Miguel Ángel Rozas Reyes es profesor y experto en el desarrollo de políticas públicas en la línea del mejoramiento de los aprendizajes e inclusión educativa. Desde hace dos años, es director ejecutivo del Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación, PIIE, y forma parte del Consejo de Fundación Integra. Con humildad afirma que su paso por la educación ha marcado profundamente su visión del mundo.

En el pasado fue Coordinador Nacional de la Estrategia LEM (Lectura, Escritura y Matemática) y del Programa de Becas de Desarrollo de Talentos Académicos del Ministerio de Educación. Además de Coordinador Nacional del Programa Escuelas del Ministerio de Educación, por lo que conoce muy bien la forma en que surge la política pública.

A continuación, te invitamos a conocer la mirada y análisis realizado por el consejero Miguel Ángel Rozas, sobre el desafío de visibilizar las infancias y cómo su rol en el Consejo de Integra puede ser un aporte en este reto.

Tenemos el desafío de asegurar, más allá de las contingencias sanitarias, climáticas, culturales y otras, el diseño de una estrategia para que los niños y niñas tengan las oportunidades de ir constituyéndose como ciudadanos y ciudadanas

¿Cuáles cree que son las funciones más relevantes que cumplen los consejeros de Fundación Integra, pensando en el bienestar de niñas y niños?

Me parece importante y valioso que exista una instancia que acompañe a la Fundación y, particularmente, a la Dirección Ejecutiva, que es quien tiene que llevar a cabo las iniciativas, proyectos y programas. En este sentido, hay una fuerza y energía en el Consejo que se suma a lo que se hace cotidianamente.

Otra de las funciones que destaco es asesorar en el proceso de toma de decisiones. Es decir, que estas siempre tengan norte o foco en ofrecer lo mejor para niños y niñas, en los programas educativos, pedagógicos, gestión institucional, infraestructura y otras áreas de desarrollo de la Fundación.

¿Por qué es importante que exista el consejo y qué valor le entrega al hecho que sea integrado por miembros con diferentes miradas (tanto del mundo académico, como representantes del Estado)? (más allá de un tema legal)

Es bueno y positivo incorporar una mirada externa, porque muchas veces los árboles no nos dejan ver el bosque. La posibilidad de tener una mirada en perspectiva, más de largo plazo, más integral, más estratégica, a veces se ve nublada por el día a día, por resolver las urgencias o emergencias.

Valoro el hecho de tener una mirada crítica, en el sentido de hacerse las preguntas que son necesarias para poder ir mejorando, para ir haciendo una labor más efectiva que acompañe al logro de los propósitos de la Fundación.

Es importante ir analizando cómo somos capaces de interrogar y hacer preguntas inteligentes, para identificar problemas, cualificarlos y apoyar en la solución.

Si uno pudiera hacer una pirámide, entendiendo por la cúspide de la pirámide a quienes están más visibles, serían primero los hombres adultos, después los hombres jóvenes, las mujeres adultas y jóvenes, luego la tercera edad y finalmente los niños y niñas.

¿Qué importancia tiene para usted integrar este Consejo?

Yo asumí hace dos años mi función en el PIIE, y me encontré con esta labor de consejero que, debo reconocer, que me encantó.

En este punto, me quiero permitir una reflexión personal: creo que una sociedad que se ocupa preferentemente, de manera prolija de sus niños, niñas y de sus jóvenes y por supuesto de la educación, es una sociedad que está sana, es una sociedad que tiene horizontes, es una sociedad que puede pensar en el hoy, pero también puede pensar hacia adelante, hacia el mañana y preguntarse qué queremos construir.

En este sentido, ser parte del Consejo de Fundación Integra -que tiene como propósito ofrecer a la comunidad un servicio para niños y niñas en etapa inicial-, me parece que es muy consonante con lo que he dicho anteriormente.

Hay también una convicción de mi parte de incidir en el escenario actual. Nos quejamos mucho en Chile de lo mal que está la educación y usamos como parámetros las pruebas estandarizadas, como el Simce o resultados de pruebas estandarizadas en las que Chile participa a nivel internacional, vemos los resultados y decimos que estamos mal. Pero hay una inversión económica en primera infancia, que muchas veces dejamos de lado. Probablemente, todas esas deficiencias en educación podrían superarse si tuviéramos una educación de calidad en primera infancia.

Ser consejero de una institución que se dedica a trabajar en infancia es un privilegio y tengo la convicción profunda de que, si hacemos un buen trabajo en primera infancia, tendríamos que dejar de preocuparnos de las pruebas estandarizadas. Nos ha costado en Chile, apropiarnos de aquello. Hago aquí una referencia al Presidente Gabriel Boric, porque él hizo algo que no hacemos normalmente los adultos, que es nombrar a los niños y niñas, ya nombrarlos es un avance importante, porque están ausentes de todo, de los discursos políticos, de la inversión pública y privada.

¿Qué espera realizar como Consejero durante estos cuatro años?

Creo que hay una cuestión en la que a mí me parecería muy interesante avanzar, que tiene que ver con cómo la Fundación mejora su quehacer. Por ejemplo, en el tema de la asistencia de los niños y niñas durante el período de invierno, cuando existe un alto índice de enfermedades respiratorias. La pregunta que tenemos que hacernos es cómo suplir esta situación, lo más probable es que no tengamos presencialidad, pero tenemos que ver la manera de asistir a los niños y niñas, ver cómo les seguimos ofreciendo un espacio educativo de calidad, que es fundamental para su socialización, crecimiento, aprendizaje, para su vinculación con el mundo y su descubrimiento del mismo. En definitiva, para su constitución, desde que están en el vientre, como ciudadanos y ciudadanas con todos los derechos y todo lo que ello implica.

Tenemos el desafío de asegurar, más allá de las contingencias sanitarias, climáticas, culturales y otras, el diseño de una estrategia para que los niños y niñas tengan las oportunidades de ir constituyéndose como ciudadanos y ciudadanas. Hay que ver cómo incorporamos a las familias en ese desafío y creo que la experiencia de la pandemia nos puede ayudar, por ejemplo, retomando las experiencias con los niveles medios, intermedios y los primeros niveles de educación básica. Aunque está claro que esto supone una preparación adicional de los equipos educativos.

Una de las prácticas que no son tan usuales en educación, pero que la Fundación realiza, es mirar las políticas públicas desde una mirada interdisciplinaria: si no nos vinculamos con otros, con las áreas de deportes, cultura, salud, no hay una educación integral.

¿Cómo sueña el Chile de las y los niños?, ¿cómo los consejeros y usted en particular pueden aportar a realizar esa visión?

Si uno pudiera hacer una pirámide, entendiendo por la cúspide de la pirámide a quienes están más visibles, serían primero los hombres adultos, después los hombres jóvenes, las mujeres adultas y jóvenes, luego la tercera edad y finalmente los niños y niñas.

Yo sueño un país donde los niños estén presentes. El Presidente Boric los ha puesto en el centro, ya que se relaciona, se vincula y habla con ellos, y esas acciones hacen que ese sueño sea hoy posible. Sueño un país y una fundación con los niños y niñas visibles, que estén en la cúspide de la pirámide.

¿Cuáles son, a su juicio, los principales desafíos hoy en día en torno a la infancia?

En la última reunión con la Directora Ejecutiva, ella nos planteó un desafío: que las políticas públicas consideren la participación. En educación existe una idea bien enraizada, en que solo unos pocos saben de educación, pero mucha evidencia e investigación demuestra que eso no es así. Hay planteamientos teóricos notables, como los de Paulo Freire, en ese contexto es importante la participación de los actores, en los distintos niveles, en lo pedagógico, en lo institucional. Sería lindo que hubiera niños y niñas participando de los procesos, con su voz.

¿Cuál cree Ud. que es su principal aporte, desde su experiencia o quehacer, al Consejo de Fundación Integra? ¿Qué lo motiva a ser parte de este equipo?

Mi aporte es ser un “Pepe Grillo”, cuestionar la obviedad. Afortunadamente, en este Consejo hay hartos “Pepe Grillo” que cuestionamos la obviedad. Por ejemplo, algo tan fundamental para los niños y niñas como el horario y la jornada escolar están pensados en función de las necesidades y los tiempos de los adultos.

Yo trabajé varios años en el Ministerio de Educación y cada vez que pensábamos y diseñábamos la política, yo planteaba la necesidad de tener siempre presente la voz de los niños. En ese momento, la respuesta siempre era la misma, obvio que es por los niños, pero muchas veces la obviedad no lo es tanto, hay que explicitar lo que hacemos y por quién lo hacemos.

Cuando estamos pensando en formar y capacitar a los profesores, cómo hacemos que ese aprendizaje sea en beneficio de las y los niños.

¿Existe algún gran tema “olvidado” relacionado con la infancia, que considere oportuno develar?

La visibilidad. En términos de cómo se mediatiza el discurso, en la participación de los niños y cuidadores, en ese sentido hay que avanzar.

¿Pero cómo se hace realidad ese discurso?, se pregunta Miguel Ángel, “en las formas de organizar las prácticas, esos son los desafíos en el aula. La educación es para toda la vida y en el caso de los niños debe tener un foco puesto en sus necesidades e intereses. Por qué todos los niños van a tener que aprender al mismo tiempo y los mismos contenidos, porque no mejor que aprendan en función de sus intereses y luego los adultos gradúan.

Creo que hay una mezquindad y un desprecio hacia los niños. Algunos se preguntan: ¿Cómo vamos a hacer política con los niños, cuando la política la hacen los adultos?, ¿cómo vamos a promover la participación si la misma Constitución dice que los ciudadanos son mayores de 18 años?, ¿qué queda para los niños que asisten a la sala cuna y jardín infantil?